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¿Cómo sumar capacidades relacionales a lo técnico?

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Por: Rafael García
Tomado de
El propósito del proyecto Gobernanza
territorial ConSentido Público está orientado a contribuir a la transformación de lo público
a través de un nuevo relacionamiento entre los diferentes actores del
territorio
que permita construir acuerdos en los procesos de gestión pública
para la sostenibilidad y la construcción de paz.

Los procesos de la gestión
pública en la que ha enfocado sus recursos son el ordenamiento territorial, la
gestión de proyectos, el acceso a la información y la transparencia y el fortalecimiento
institucional
. De igual manera ha hecho énfasis en la importancia de conocer y
fortalecer las habilidades para que el ciclo de la gestión pública pueda
llevarse a cabo de una manera eficiente, con ello se hace referencia a la
planeación, ejecución, seguimiento y evaluación. Esta labor se ha ido
implementando bajo un enfoque de gobernanza, en la cual han participado actores
que hacen parte de la administración municipal de turno, la sociedad civil y
los empresarios o emprendedores de los municipios.
Para lograr el propósito se han
fortalecido tanto las capacidades técnicas como las relacionales. Las primeras
enfocadas en conocimientos técnicos específicos en cada proceso, por ejemplo:
las variables económicas, sociales, ambientales y poblacionales que hacen parte
del proceso de ordenamiento territorial; las fases de estructuración de los
proyectos de inversión pública; la ley de acceso a la información pública y los
mecanismos para que tanto personas como comunidades se beneficien de esta; el
ciclo de gestión pública aplicado en cada proceso y los aspectos de la
rendición de cuentas que pueden ser aplicados en cada una de ellas
.
Las segundas orientadas en los
aspectos relacionales, enfocando los esfuerzos en el desarrollo de tres de
ellas: empatía, pensamiento crítico y pensamiento en perspectiva ética
. El reto
para lograr el propósito ha sido superar el primer impulso de ver por separado
cada una de las capacidades y pensar que en los espacios de formación deberían
trabajarse primero unas y luego las otras, privilegiando las técnicas por
encima de las relacionales.
La salida a este dilema y el
aprendizaje derivado de este hecho ha dependido de varios aspectos. Por un
lado, ha sido valioso incluir desde el momento de la planeación de los espacios
de formación, (diplomado, formación activa y asistencia técnica) a las personas
expertas y responsables de los procesos de gestión pública y a los expertos en
las capacidades relacionales. Esto ha permitido construir procesos de formación
en los cuales los objetivos incluyeron desde el principio ambas capacidades,
privilegiando una formación que no solo tuviera en cuenta el logro de los
resultados sino también el fortalecimiento de las capacidades relacionales de
una manera transversal. Por ejemplo, en el proceso de formación relacionado con
el ordenamiento territorial en las plataformas multinivel y multiactor, las
actividades relacionadas con la identificación de las tensiones mas importantes
de un territorio
fue un momento propicio para utilizar una metodología de
diálogo que permitió que se evidenciaran en la acción las tres capacidades
relacionales. 

También fue un momento para trabajar la capacidad de pensamiento
crítico en la planeación
con algunos de los componentes de dicha capacidad,
tales como: identificación de información relevante para comprender la
situación que se enfrenta; realización de preguntas que facilitan mejores
comprensiones de los problemas abordados y de las soluciones; o identificación
de problemas formulados en términos resolubles. De igual manera fue un momento
idóneo para trabajar con la capacidad relacional del pensamiento en perspectiva
ética, haciendo énfasis en el fortalecimiento de algunos de sus componentes
tales como: consciencia del efecto multisistémico de las acciones propias; o
favorecer el bienestar social y ambiental de manera sostenible.

El segundo aspecto que sirvió para
resolver el dilema resultó ser la apertura de cada uno de los integrantes del
equipo, que implicó la capacidad relacional de la empatía, para integrar los
distintos saberes en un hacer que facilitara el cumplimiento de los logros
planteados. Este último aspecto ha supuesto para algunos integrantes del equipo
un reto que los ha llevado a transformar su forma de concebir el cambio, el
aprendizaje, el trabajo en equipo y el lugar de las capacidades relacionales en
la gestión pública. Dicho de otro modo, un modelo de gobernanza consentido
público que involucra las capacidades técnicas y las relacionales implica una
transformación interior en las personas que lideran los procesos de
facilitación
.
Desde el inicio del proyecto fue un
reto la visibilización de los avances de las personas en el campo de las
capacidades relacionales que se han descrito anteriormente, especialmente
porque el propósito mismo del proyecto menciona una transformación de las
relaciones entre los actores que habitan el territorio
. Para este fin, se
diseñó el índice de relacionamiento ético consentido público (IRESP) cuya
finalidad es medir dicho avance.
El índice como tal, es un
instrumento que busca medir las capacidades relacionales de la empatía, el
pensamiento crítico y el pensamiento en perspectiva ética, articulándolas con
los momentos del ciclo de la gestión pública
. La relación con el ciclo se
explica por un lado por la utilidad que dichas capacidades tienen en la
implementación de cada paso en los procesos de gestión y porque cada momento
del ciclo tiene unas características que implican variaciones en cada uno de
los componentes de la capacidad. 

Por ejemplo, las características de la empatía
que se requieren en un momento de planeación de un proyecto, en el cual uno de
los aspectos claves reside en escuchar las necesidades de los múltiples actores
de una comunidad
, es diferente a la que se requiere al momento de hacer
rendición de cuentas en el avance de dicho proyecto, en la cual, el foco está
puesto en los logros y obstáculos en la implementación de un proyecto y en las
consecuencias positivas y negativas que están afectando a los beneficiarios
directos e indirectos.

El índice, además de su función de
medir el avance en el fortalecimiento de las capacidades relacionales de las
personas que hacen parte del proyecto, también ha sido una herramienta de apoyo
para el diseño, implementación y evaluación de las procesos de formación que se
han realizado en los diferentes espacios destinados para tal fin. Su utilidad
radica en que por medio de él se pueden identificar las capacidades
relacionales, sus componentes y los indicadores de capacidad
. Este hecho
facilita que a la hora de planear se puedan articular las capacidades técnicas
y los resultados esperados en cada proceso de gestión pública, con las capacidades
relacionales y los componentes de la capacidad que pueden ser utilizados o que
son pertinentes en cada uno de las actividades que hacen parte de los procesos
de formación. O también, como ya sucedió por medio de la primera aplicación del
índice, identificar en cada municipio los componentes de capacidad relacional
que deben ser fortalecidos.
El índice de relacionamiento ético
consentido público (IRESP), es pues una de las innovaciones que aporta este
proyecto para el fortalecimiento del modelo de gobernanza en nuestro país
,
plasmando su utilidad tanto en la medición de los avances en el fortalecimiento
de las capacidades de los actores que hacen parte del proyecto, como en el
apoyo pedagógico que representa a la hora de diseñar, implementar y evaluar los
procesos de formación en las diferentes áreas de gestión pública que incluye
este proyecto.

Nota original:

http://gobernanzaconsentido.org/index.php/noticias/77-como-sumar-capacidades-relacionales-a-lo-tecnico

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