Visión de mujer
Por Elsy Melo Maya
elsy.ya@hotmail.com
Mientras el mundo se debate por conservar la vida, contra un minúsculo y liviano virus, que se esconde y en la mayoría de los casos es asintomático; mientras la humanidad entera trabaja en el cambio de diversos hábitos de vida, se adapta a las condiciones que le exige el aislamiento social, el trabajo en casa y se acostumbra poco a poco al uso de los tapabocas, al lavado adecuado y constante de las manos para proteger su salud y la de los demás, al parecer hay algo que desafortunadamente no cambia y es la agresión contra las mujer.
Reprochable, condenable bajo todo punto de vista y obviamente delincuencial el comportamiento de aquellos hombres, que definitivamente adoptan esta clase de actitudes bien para demostrar la superioridad física o dominio sobre la mujer, su formación machista o su manera de expresar su impotencia, incapacidad o falta de inteligencia para aprender a manejar a través del dialogo, cada situación por difícil que pudiera ser.
El observatorio Colombiano para las Mujeres, así lo demuestra al revelar un incremento del 142% en el número de llamadas, reportando hechos de violencia intrafamiliar, durante el tiempo transcurrido con el aislamiento social, por cuenta del COVID 19. Los departamentos con mayor número de casos, son Antioquia, Valle del Cauca, Cundinamarca y Santander, con Bogotá encabezando la lista al registrar un 42% en el número de las llamadas. Y son Sucre, Caquetá, Bolívar, Meta y Atlántico los que presentan el mayor incremento, respecto del año 2019.
Lo cierto es que aproximadamente se presentan 982 casos más de violencia intrafamiliar, que los 692 registrado en el año pasado, durante el mismo periodo entre marzo y abril, cuando empezó el aislamiento.
Ahora el pretexto es el confinamiento. Lo cierto es que la mujer ha sido y sigue siendo víctima de la brutalidad masculina, en guerra o en paz, con coronavirus o sin virus y lo más lamentable es que bien sea por pretender dar estabilidad a sus hijos, porque depende económicamente del marido o porque a pesar de tener la razón, sigue siendo señalada por la sociedad y su propia familia, no toma la medida que debería adoptar: primero denunciar al agresor delincuente, para que entienda que sus actos tienen consecuencias ante la justicia; y segundo, abandonar a quien le causa el maltrato que la daña, no solo físicamente sino de manera psicológica, incluyendo en ese conflicto a sus hijos, quienes nunca volverán a ser los mismos, después de haber sufrido un caso de violencia contra la mujer, que también es su madre.
Mayo 18 de 2020
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