Por: Paola Girón
María hizo cuentas del costo del matrimonio de su prima. Para el regalo, que era “lluvia de sobres” les tocó poner los mismos $150 mil que pusieron cada uno de sus amigos, y además de eso asistió a 4 “showers” con cuotas de $25 mil, a los cuales, si se excusaba, de todas maneras le “pedían” la cuota.
Sumó el costo del vestido largo que tuvo que comprar, el alquiler del esmoquin del esposo, y el salón de belleza………….. ¿Cuánto le costó el favor que le hicieron al invitarla?
Las fechas especiales no se pueden convertir en una forma de medir cuánto vale cada amigo o familiar, y lo que es más triste, algo tan agradable como acompañar a los amigos y seres queridos en los eventos importantes se está convirtiendo en un angustioso dolor de cabeza.
María Cecilia Sáenz Gómez, directora de Protocolo Empresarial MCS, organización especializada en la asesoría en protocolo y etiqueta a empresas y personas, explica cómo funciona la verdadera urbanidad:
NO se deben hacer showers en los que hay que invertir mucho dinero. Los regalos de los showers deben ser sencillos: una camiseta, un babero (en los de bebés); una salsera, una sartén (en los de matrimonio).
NO se deben hacer listas de regalos para baby showers o nacimientos. Los showers, como ya dijimos, son para dar cosas sencillas. Cuando el bebé nace, quienes lo van a conocer tendrán la cortesía de dar algo acorde con su presupuesto. Lo demás, es obligación de quienes lo trajeron al mundo.
NO se deben hacer listas de regalos para la casa nueva. Si usted invita a alguien a su nuevo hogar, a esa persona se le ocurrirá llegar con algún obsequio.
NO se deben sugerir lluvias de sobres para primeras comuniones, quinceañeras o grados. “Es que ella necesita un computador”. En ese caso, que ahorren ella o sus padres. Pero es de muy mal gusto satisfacer sus necesidades con la plata de los amigos y familiares.
NO se deben sugerir lluvias de sobres para matrimonio. “Es que quieren comprar una nevera de dos puertas”. Antes de fijar la fecha del matrimonio, los novios deben prever tener las cosas necesarias, de lo contrario deberían aplazar la boda. Pero es una grosería amoblar la casa con el bolsillo de sus invitados.