Rincón literario
Por Irma Zambrano
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Al desatarse la guerra de los Mil días en Colombia, que fue un conflicto civil disputado entre el 17 de octubre de 1899 y el 21 de noviembre de 1902, por inconformidades ante políticas y resultados anteriores de la política de la Regeneración apoyada por el Partido Nacional (movimiento inicialmente encabezado por Rafael Núñez conformado por conservadores y liberales moderados), políticos liberales y conservadores rechazaron medidas que consideraban exageradas por parte del gobierno, además radicales del partido Liberal buscaban formas de llegar al gobierno y otorgar cambios, pero nacionalistas que tenían el gobierno en sus manos disponían de estrategias a favor que podían restringir otros políticos de otros partidos y alejarlos del gobierno.
Ancuya también fue golpeada por este conflicto ya que se suspendió la educación, generando un tiempo de caos, tristeza y soledad para la niñez ancuyana, nuestro municipio durante este conflicto armado estuvo gobernado por los señores Salvador Landázuri y Modesto Portilla y como párroco el presbítero Dositeo Insuasty.
Durante el conflicto los lideres Alejandro Arcos, Modesto Portilla y Salvador Landázuri se propusieron luchar y gestionar la creación de dos escuelas urbanas.
Ya terminado el conflicto en Colombia se organizó el funcionamiento de la escuela de varones con los profesores Eleazar Erazo, Antonio Araujo y Gratiniano Martínez. Entre los primeros estudiantes podemos mencionar a Adolfo Acosta, los hermanos Benquides, Salvador, Segundo y Manuel Caicedo, Arnoldo y Crisanto Guerrero, Moisés y Sergio Acosta, Rosendo Portilla, Nabor Acosta Portilla, Maximino Casanova, Alfonso Zambrano Acosta, Arcesio y Eloy Acosta, Emilio, Salvador y Jacinto Caicedo, Isaac, Arístides y Rafael Palacios, José María Acosta; entre otros.
En la escuela urbana de niñas se desempeñaban como maestras Anita Urresta, Graceliana Bolaños y Dolores Mazuera. Las alumnas de la época podemos mencionar a Salomé Bravo, Rosa Helena Bravo, Marcia Guerrero, Rosa Elena Lagos, Audelia Acosta, Celmira y Raquel Caicedo, entre otras.
Posteriormente los líderes de la época se propusieron gestionar ante el gobierno eclesiástico del Ecuador para traer hasta nuestro municipio los frailes capuchinos y religiosas franciscanas.
En el año 1918 llegan procedentes de Suiza las religiosas franciscanas Madre Pelagia, Escolástica, entre otras, dirigidas por la madre Caridad Brader; su misión se centró en la enseñanza a leer y escribir a la comunidad femenina, también les enseñaron a coser y bordar sus prendas de uso femenino. Entre las alumnas de la época podemos mencionar a Carmen Acosta, Serafina, Isabel y Clara Aux Mora, Edelina Vallejos, Alba Egas, Rosaura Y Petronila Jurado, María Romo; entre otras. El encargado de dirigir esta comunidad fue el Padre Pedro Hecker.
La comunidad religiosa franciscana firma un contrato con las autoridades municipales por un plazo de 10 años, al finalizar el contrato esta comunidad religiosa solicita al municipio, quien estaba gobernado por el señor José María Zambrano; que les donaran y aseguraran un lote ubicado en la zona urbana (hoy manzana frente al mercado) para destinarla como granja escolar, pero no hubo entendimiento ni colaboración por parte del gobierno municipal.
Ante esta negativa decidieron abandonar este pueblo argumentando que tenían temor de contagiarse del paludismo, enfermedad que azotaba en la región durante esa época.
La madre Escolástica, hizo voto ante la Virgen de Visitación para quedarse viviendo en Ancuya, hasta el día de su muerte, sus restos reposan en el cementerio de la localidad.
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