Alejandro García Gómez
Con el apoyo del Gobernador Antonio Navarro ha finalizado el VI Recital Internacional de Poesía desde el Sur, centralizado en Pasto pero compartido con seis municipios –por ahora, dicen orgullosamente sus organizadores- del Dpto. de Nariño: El Tambo, Ipiales, Pupiales, Tumaco y Túquerres con poetas de Brasil, Chile, Ecuador, México, Perú y varias regiones de Colombia. El representante de Haití por algunos problemas no pudo viajar. El festival congregó del 11 al 20 de agosto en el marco del II Encuentro Internacional de Culturas Andinas (11 al 22 de agosto de 2010).
El Dpto. de Nariño ha soportado el Efecto globo del Plan Colombia (pomposo nombre), que algunos columnistas predijimos –de “aves agoreras” nos tildaron- a finales de la presidencia de Andrés Pastrana, plan acordado –mejor, impuesto- entre éste y Clinton y del que poco a poco se ha ido conociendo que su ineficacia ha sido tal que muchos personajes de la alta vida política y dirigencial de los mismos EEUU y de Colombia han empezado a proponer su finalización, ante los míseros resultados. Lo que hizo el Plan Colombia fue presionar y trasladar el cultivo de amapola, y de coca principalmente, y su procesamiento desde el olvidado y abandonado Dpto. del Putumayo al otrora pacífico Dpto. de Nariño con la consiguiente descarga de dinero de sangre y acomodos de costumbres y culturas estrambóticas y violentas: esto se llama Efecto Globo. Sólo en Tumaco van más de 350 asesinatos en esta primera parte del año. En Pasto se leen títulos como “Asesinado otro empresario lechero” (subrayado mío) en la primera página de su principal periódico (Diario del Sur, 21.VIII.10).
Por eso es refrescante saber que existe un grupo de jóvenes llamado Colectivo Poético y Cultural Sombrilla que organiza y realiza este festival (sexto ya), con todas las dificultades que sabemos que esto conlleva. El alma y nervio de este grupo es el poeta Zabier (así, con zeta) Hernández, Asesor de Paz del Dpto., pero nadie, ninguno de sus sombrillos ni sombrillitas se quedan a la zaga. Son un ejemplo de trabajo. La gobernación del Dpto. hace un aporte de algo así como una sexta parte del costo del evento. El resto de los más o menos 60 millones de pesos lo consiguen sombrillos y sombrillas con gestión ante la empresa privada, universidades, Ong´s, sindicatos, personas de buena voluntad de dentro y fuera de Pasto y congregando y ayudando a organizar voluntades de personas afines al quehacer poético en los municipios. Admirable labor de permeabilidad. Y no podía faltar la perla en este paseo: el pomposo Ministerio de Cultura de Colombia jamás los ha apoyado como tampoco lo ha hecho con los dos Encuentros de Culturas Andinas. Toda una joya.
Algunas de las lecturas poéticas y las conferencias se hacen en algunos recintos cerrados del centro de la ciudad, entre los cuales está el auditorio del área cultural Banco de la República y de la Pinacoteca Dptal., que son gratuitos. Otros los financia el Dpto. Son impactantes las lecturas en los barrios populares de Pasto: se hacen en sus centros culturales, que presta la comunidad. La asistencia allá arriba es de todas las edades, desde niños hasta ancianos. En los pueblos reservan el mejor local y las lecturas son organizadas por los colectivos culturales con vida propia que ha ido ayudando a sembrar y cultivar Sombrilla (nombre sugestivo para arropar a todos).
A pesar de ver una Pasto un poco destrozada por el descuido de su alcaldía (calles llenas de huecos; semáforos sin indicador para peatones y los pocos que los tienen no funcionan; loca actividad “constructiva” de casas parches y terribles edificios después de convertirlos en parqueaderos que a su vez han sido casas patrimoniales, etc.), es gratificante el festival de estos jóvenes. Que jamás se burocratice ni se “enrosquice”, como se han ido degradando y degenerando algunos festivales de poesía. No lo permitan ni su calidoso director Hernández ni sus sombrillos ni sombrillas. 22.VIII.10.