En un emotivo acto cargado de recogimiento y solidaridad, este martes en la tarde se realizaron las honras fúnebres de la enfermera jefe María Alejandra Acosta Peñafiel en el templo de Nuestra Señora del Rosario de Linares. María Alejandra falleció trágicamente este domingo en un accidente de tránsito, dejando un vacío irremplazable en la comunidad.
La eucaristía fue celebrada por el presbítero Roberto Carlos Mejía, quien orientó a los presentes en un momento de reflexión y oración. Los asistentes se unieron en plegarias, implorando a Jesucristo por fortaleza para sus familiares y por el eterno descanso de la profesional de la salud.
Durante la homilía, el sacerdote compartió palabras de aliento y llamó a la comunidad linareña a mantenerse unida y solidaria en estos momentos difíciles, destacando la importancia de apoyarse mutuamente en tiempos de adversidad.
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Antes de concluir la ceremonia religiosa, se dieron palabras de despedida por parte de Hammer Díaz Acosta, Darwin Rodríguez y una representante de la empresa Emssnar, quien entregó una resolución a los padres de María Alejandra, Lipcio Acosta Otero y Nubia Mariela Peñafiel, en reconocimiento a su labor y dedicación.
Familiares y amigos acompañaron el féretro hasta el cementerio local, donde María Alejandra recibió cristiana sepultura, dejando un legado de bondad y profesionalismo que será recordado por siempre en la comunidad de Linares.
Nuestras voces de pesar, para sus padres, hermanos, demás familiares y amigos.
Paz en la tumba de la enfermera jefe María Alejandra Acosta Peñafiel.
Foto: Presbítero Roberto Carlos Mejía