Fue tanta la presión para el exministro de Hacienda Ricardo Bonilla, que ni el mismo Gustavo Petro lo pudo sostener, pues prefirió sacrificar a uno de sus mayores alfiles a tener que ver caer las tandanada de reformas que espera le apruebe el congreso.
Al respecto el presidente manifestó que Bonilla había sido víctima de un entrampamiento de los congresistas, y que en su gobierno ni hubo, ni hay ni existirán los famosos cupos indicativos, que fueron incluso denunciados por el entonces senador Gustavo Petro, pero bueno, estos antes eran los auxilios parlamentarios, que hay que decirlo previo a la constitución del 91 eran asignados a los congresistas y tenían acceso directo a fondos públicos, casi no se hacían rendición de cuentas y era por así decirlo una práctica común o normal, que aunque no se conocían como hoy, por la velocidad de las redes, eso no significa que no había corrupción.
Ahora bien, a partir de la Constitución del 91, prohíbe en el artículo 355 los auxilios parlamentarios buscando mayor transparencia, pero persistieron y los congresistas pueden SUGERIR proyectos para sus regiones, en justa causa, pues es un deber de los senadores y representantes velar porque sus regiones cuenten con los recursos o proyectos necesarios para el desarrollo de los territorios, o a que van al congreso, el punto de discusión es la forma de contratación donde tal como pasó en la UNGRD, que por su sistema de contratación especial, facilita la escogencia del contratista.
Lo anterior, aunado a, que recuerden ustedes a principios del gobierno Petro, éste rompió la coalición y tras bambalinas se trató los temas de reformas al detal o sea uno a uno de los congresistas y no por partidos, terminaron creando una bomba de tiempo que le estallo en las manos al gobierno, porque el presidente termina diciendo: ¿TODO MINISTRO DE HACIENDA HA SIDO CHANTAJEADO DESDE EL CONGRESO, si esto es así, entonces la gran pregunta sería, como el congreso aprobó reformas como la tributaria y la del sistema general de participaciones así como el PND? Y la siguiente pregunta, ¿cómo pretende entonces aprobar las ambiciosas reformas que se vienen, como la de salud, educación, justicia, y otras?
Tremendo lío en que se va a meter el nuevo Ministro, pues se enfrenta a la autoridad de un presidente que en muchas ocasiones impone su voluntad y reniega con las normas y, por otro lado, en redes ataca a los congresistas que quiere que le aprueben sus reformas… Ummmmm ojo Ministro de hacienda Diego Guevara, que como dijo Don Quijote: La prudencia es madre de la buena virtud, no vaya a ser que tenga que salir a compartir abogado con el exministro Bonilla, porque la verdad el presidente no ayuda mucho con sus comentarios.