Desde Nod
Por Alejandro García Gómez
pakahuay@gmail.com
Impecable, sobria y bella la edición de estas obras. Orfandad y otros microrrelatos y Extravíos-Antología de Cuentos Breves Nariñenses, componen dos textos en un solo libro de los llamados “Cara y Cruz”, Pasto, 2021. Alebrijes es una “Revista nariñense de Minificción”, es la Número 1, 2019.
Quizá fue en 2018 o 2019 cuando el escritor Jonathan Alexander España me propuso servir como jurado de un Concurso de Microrrelato Nariñense (el microrrelato o cuento corto es un género o subgénero literario en donde la historia narrada es mucho más breve, pero al mismo tiempo redonda y aplastantemente rotunda, contundente; llena de un hálito poético sin lo cual no lograría su cometido de redondez, brevedad y contundencia). Acepté.
En noviembre de 2019, me hizo llegar doce microrrelatos de una preselección de 249, realizada por varios “escritores y profesores universitarios” (según “Acta del jurado, pg. 45). Solicitaba también una calificación numérica para primero, segundo y tercer puestos, y una valoración cualitativa del porqué de la escogencia.
Observé entre ellos una calidad muy variable. Textos con fina condición perdurable hasta el punto final, muy pocos. La mayoría con buenos y hasta muy buenos inicios que sus autores no habían sabido llevar. Los dejaban caer pesadamente como cuando, con gran dificultad, se ha logrado primero levantar y luego transportar una pesada roca y se la suelta en un sitio equivocado, quizá por agotamiento o porque no sabían qué camino seguir (o mejor, qué camino hacer, porque en la creación literaria no existen los caminos, el escritor debe construirlos en cada obra). Pero, además también se observaba, en algunos textos, errores gramaticales de puntuación y redacción y hasta de ortografía; errores que son del mínimo conocimiento de algunas normas y que, por lo repetidos, me indicaban quizá ignorancia.
Para mi gusto escogí Tergiversación, a pesar de que le sobraban las diez palabras finales con una coma entre ellas y de que su título reclamaba una mejor suerte. Me parece que su mérito consiste en que trabaja poéticamente el enigma del vínculo amoroso y el de la violencia del desamor (otro lazo misterioso y oscuro). Dentro de esta particular visión metafórica, construye una personal simbología de ambos, de amor y desamor, como una sarta de cuentas repetidas alternativamente en un rosario. De esa ristra, los amantes pretenden, también alternativa y casi simultáneamente, desaparecerlas y atesorarlas, en un juego interminable de vida y muerte de ellos mismos… Y ni aun así logran eliminarlas absolutamente, pero tampoco consiguen que persistan plenamente: su posesión se turna en cada uno de nosotros a veces en uno y a veces en otro sentido.
Hoy observo que en el libro que publica a los ganadores, a Tergiversación se le dio Mención de Honor (y se le curó de las palabras sobrantes). Pero mi sorpresa fue mayúscula al leer la mínima reseña biográfica de su autor, según ahí aparece: “Después de que en 2016 perdiera por completo la memoria en una pelea callejera, comenzó una nueva vida, esperando que el pasado que olvidó no le cobrara viejas cuentas. Lector entusiasta, escritor autodidacta y transgresor de la rutina”. ¿Están de acuerdo conmigo en que esto es otro microrrelato en bruto y que, para seguir su tradición, le sobran algunas palabras finales?
Ahora hablemos del libro Extravíos (título que se me ha convertido en un enigma). Hay aquí varias plumas nariñenses que conozco, a otras no, quizá por la ubicación de mi propia geografía de espacio, tiempo y costumbres en relación con mi región. Me ha sido muy difícil seleccionar un grupo entre lo que me impacta y atrae, lo excelente para mí, que son la mayoría de las obras que se leen allí, porque podría quedar corto o injusto o ambas cosas. Además, esa puerta del asombro es propiedad privada de cada lector. Observo desde hondos textos sicológicos o quizá sicoanalíticos, borgianos a otros poéticamente provocadores en el trato de tabúes sexuales y de otras tendencias y significancias. Pero hubo uno que me impactó hasta lo hondo; que me llenó de esa ira impotente y de dolor hasta las lágrimas: Una carta al presidente de Europa, de Arturo Prado Lima.
Recomiendo ampliamente la lectura de Extravíos, un entrevero entre nuevos y no tan nuevos autores sureños, impecable, sobria y bellamente editado, como dije, y no me hagan caso a lo del título; es posible que me haya vuelto de lenta comprensión y que, quizá andando el tiempo, todo se me aclarará.
Por espacio, les quedo debiendo mis impresiones sobre Alebrijes, Revista Nariñense de Minificción, Número 1, donde se encuentran autores nariñenses, colombianos y de otros países, revista editada con las mismas características de pulcritud, sobriedad y belleza editorial. Por esas rarísimas manías que tenemos algunos lectores, leí su última (pp.59 y 60) que está dedicada a la chilena Lilian Elphic Latorre. Impactantes sus tres cuentos breves. Sé que la lectura de la escritora chilena me impulsará a continuar con su lectura de atrás hacia adelante… O quién sabe si la agarre en el centro o en otra parte.
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