Columna Desde Nod
Por Alejandro García Gómez.
pakahuay@gmail.com
“Una infección le ganó la batalla final a
Camila Abuabara” tituló Semana.com
(26.II.15) tras el trino de su madre “Lamento informar que mi princesa guerrera
@labuabara está en el cielo; angelito de Dios. Paz en su tumba”. Título tan
mentiroso como aborrecible la actitud del minsalud Alejandro Gaviria, indigna
y escandalosa, que el país recuerda. No
contento con lo actuado, a la muerte de Camila se atrevió a decir: “… Expresamos nuestro más profundo sentimiento
de solidaridad con los familiares de Camila”.
Camila Abuabara” tituló Semana.com
(26.II.15) tras el trino de su madre “Lamento informar que mi princesa guerrera
@labuabara está en el cielo; angelito de Dios. Paz en su tumba”. Título tan
mentiroso como aborrecible la actitud del minsalud Alejandro Gaviria, indigna
y escandalosa, que el país recuerda. No
contento con lo actuado, a la muerte de Camila se atrevió a decir: “… Expresamos nuestro más profundo sentimiento
de solidaridad con los familiares de Camila”.
Y para completar el cuadro
cínico: “Camila Abuabara será recordada como una luchadora por la vida y como
un ejemplo para cientos de colombianos que no se rinden ante las adversidades
de una grave enfermedad y que demuestran las ganas de vivir hasta el último
momento”, por medio de un comunicado de su ministerio. Un sistema de salud
inicuo, perverso y rapaz, un ministro de salud despreciable en un país
grandemente inequitativo en busca de la Paz en unos diálogos.
Pero, ¿de dónde viene la situación de la salud
del país de la cual el actual ministro es sólo otro voluntario peón neoliberal
más? La Ley 100 de 1993 fue creación de Juan Luis Londoño (q.e.p.d.) siendo
minsalud del ex presidente César Gaviria que ahora quiere fungir como adalid
antineoliberal y de avanzada. La concreción de las tesis neoliberales de
Londoño de la Cuesta se plasmaron en esta infame ley y, desde entonces, la
salud pública se convirtió en uno de los mejores negocios, a costa del trabajo
y la vida –o de la muerte- de las gentes trabajadoras. Es la misma de la que
fue ponente y defensor el entonces senador Álvaro Uribe Vélez. Con la Ley
100/93 “(se) logró…la más radical reforma a la concepción de la salud y a las
prácticas de la compra-venta de servicios asistenciales de salud en la historia
de Colombia” (dice Saúl Franco, MD, PhD, profesor de la Universidad Nacional,
en una hoja impresa con fecha febrero de 2003, refiriéndose al exministro de
Trabajo y Seguridad Social que para entonces ya lo era de Álvaro Uribe como
presidente. ¿Y quién fue Juan Luis Londoño? “Lo conocí hace diez años. Desde
entonces nos encontramos con frecuencia en eventos académicos y en debates
públicos sobre temas que nos eran comunes: políticas públicas, salud, seguridad
social y violencia…”, dice el mismo Franco (ibíd.). Añade “…[Juan Luis Londoño]
creyó y practicó que la salud, más que un derecho humano fundamental, es un
negocio muy rentable que hay que aprovechar y administrar muy bien. Que el
Estado más que un garante efectivo de derechos sociales debe ser un facilitador
del mercado. Que la salud de los negocios y de los grandes capitales nacionales
y transnacionales amerita el sacrificio y la pérdida de derechos duramente
logrados por millones de trabajadores…”.
del país de la cual el actual ministro es sólo otro voluntario peón neoliberal
más? La Ley 100 de 1993 fue creación de Juan Luis Londoño (q.e.p.d.) siendo
minsalud del ex presidente César Gaviria que ahora quiere fungir como adalid
antineoliberal y de avanzada. La concreción de las tesis neoliberales de
Londoño de la Cuesta se plasmaron en esta infame ley y, desde entonces, la
salud pública se convirtió en uno de los mejores negocios, a costa del trabajo
y la vida –o de la muerte- de las gentes trabajadoras. Es la misma de la que
fue ponente y defensor el entonces senador Álvaro Uribe Vélez. Con la Ley
100/93 “(se) logró…la más radical reforma a la concepción de la salud y a las
prácticas de la compra-venta de servicios asistenciales de salud en la historia
de Colombia” (dice Saúl Franco, MD, PhD, profesor de la Universidad Nacional,
en una hoja impresa con fecha febrero de 2003, refiriéndose al exministro de
Trabajo y Seguridad Social que para entonces ya lo era de Álvaro Uribe como
presidente. ¿Y quién fue Juan Luis Londoño? “Lo conocí hace diez años. Desde
entonces nos encontramos con frecuencia en eventos académicos y en debates
públicos sobre temas que nos eran comunes: políticas públicas, salud, seguridad
social y violencia…”, dice el mismo Franco (ibíd.). Añade “…[Juan Luis Londoño]
creyó y practicó que la salud, más que un derecho humano fundamental, es un
negocio muy rentable que hay que aprovechar y administrar muy bien. Que el
Estado más que un garante efectivo de derechos sociales debe ser un facilitador
del mercado. Que la salud de los negocios y de los grandes capitales nacionales
y transnacionales amerita el sacrificio y la pérdida de derechos duramente
logrados por millones de trabajadores…”.
Entonces, ¿qué hacer? Para que estas
situaciones no se vuelvan a repetir ni en nuestro país ni en ningún sistema
político o, por lo menos, para que los responsables paguen, lo mejor sería
empezar a sustentar argumentos para que actuaciones como éstas sean penalizadas
como delitos de lesa humanidad. Para algunos sonará ingenua o absurda esta
propuesta, pero igual de ingenua o absurda sonaría en el siglo XVIII la idea de
la democracia y de los derechos humanos actuales y en el XX los derechos
civiles femeninos. Hay que recordar que la salud y la integridad son derechos
fundamentales.
situaciones no se vuelvan a repetir ni en nuestro país ni en ningún sistema
político o, por lo menos, para que los responsables paguen, lo mejor sería
empezar a sustentar argumentos para que actuaciones como éstas sean penalizadas
como delitos de lesa humanidad. Para algunos sonará ingenua o absurda esta
propuesta, pero igual de ingenua o absurda sonaría en el siglo XVIII la idea de
la democracia y de los derechos humanos actuales y en el XX los derechos
civiles femeninos. Hay que recordar que la salud y la integridad son derechos
fundamentales.
Nota re-repetida.- Sábado 28 de febrero. 4 pm
en adelante. Asistentes a la Unidad Deportiva Atanasio Girardot entre 8 y 10
mil usuarios. Un solo baño abierto. Domingo 1° de marzo, 4 pm. Partido
Nacional-UAutónoma. 26.000 espectadores. Asistentes a la Unidad (era domingo):
10.000. Abierto sólo el baño de la Cancha Marte. (¡…!)
en adelante. Asistentes a la Unidad Deportiva Atanasio Girardot entre 8 y 10
mil usuarios. Un solo baño abierto. Domingo 1° de marzo, 4 pm. Partido
Nacional-UAutónoma. 26.000 espectadores. Asistentes a la Unidad (era domingo):
10.000. Abierto sólo el baño de la Cancha Marte. (¡…!)
Nota 2.- Lamentable el retiro del buen gerente
del metro de Medellín, Ramiro Márquez. La entrevista que le hace EL MUNDO trae
olor a politiquería. Ojalá que a esta excelente empresa de nuestra ciudad no le
llegue la corrupción. ¡Ojo vivo! 05.III.15
del metro de Medellín, Ramiro Márquez. La entrevista que le hace EL MUNDO trae
olor a politiquería. Ojalá que a esta excelente empresa de nuestra ciudad no le
llegue la corrupción. ¡Ojo vivo! 05.III.15
Este es un espacio de opinión destinado a
columnistas, blogueros, comunidades y similares. Las opiniones aquí expresadas
pertenecen exclusivamente a los autores que ocupan los espacios destinados a
este fin por el blog Informativo del Guaico y no reflejan la opinión o posición
de este medio digital.
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