Este viernes se cumplen 40 años del fallecimiento de mi madre Luz María Cajigas Fajardo, quien la mayor parte de su vida residió en la vereda Alto Ingenio, municipio de Sandoná, al lado de mi padre Félix Córdoba Benavides y de mis hermanos.
Mi madre nació en el año de 1918 en el hogar formado por Rufino Cajigas e Higinia Fajardo. Fueron 12 los integrantes de la familia Cajigas Fajardo: Alejandro, Javier, Jacob, Edelina, Polonia, Alfonso, Tomás, Joaquín, Macario, Luz María, Alcantara y Mateo.
Al comenzar la década de los años 40s se casó con Félix Córdoba Benavides. Fuimos ocho hermanos: Agustín, Hernando, Dolores, Mercedes, Isabel, Silvia, Miguel y Socorro, quienes llegamos a este mundo durante dos décadas.
Mis padres establecieron su hogar en la vereda Alto Ingenio. Construyeron una casa de tapias a pocos metros de la casa de los abuelos maternos.
Mi madre contribuyó con su trabajo a sacar adelante nuestra familia. Desde muy joven aprendió el oficio de elaborar quesos, que luego llevaba a vender al mercado de Sandoná durante los días miércoles y sábados, en una agobiante jornada, porque le tocaba cargar el producto en una olla desde la casa hasta El Ingenio, por un difícil camino y luego en carro hasta el sector urbano de Sandoná. Regresaba nuevamente a la casa con “la remesa”, que luego se llamó “el mercado”.
Al nacer mi hermana mayor, Silvia, mi madre estuvo delicada de salud por un mes, que casi le cuesta la vida. Agustín, el mayor de todos, cuenta que el doctor Walberto Fidel Saénz, quien laboraba en aquella época en La Florida le salvó la vida. Se quedó una semana en la casa hasta que salió de peligro.
Luego de esta dura experiencia llegamos al hogar los últimos dos hermanos al comenzar la década de los años 60s, para completar los diez integrantes de la familia Córdoba Cajigas.
A pesar de un hecho que marcó la vida de los hermanos Cajigas Fajardo, mi madre se empecinó que yo debía estudiar y con todo su amor inculcó en mi mente la idea que era inteligente y cada cierto tiempo me lo repetía: “Recuerde mijo que usted es inteligente”.
Mi madre alcanzó a utilizar la carretera de acceso a la vereda que se construyó en 1974, la energía eléctrica y el acueducto veredal por unos pocos meses, que se implementaron a finales de 1980.
A mediados de agosto de 1976 sufrió un accidente en un carro escalera, que en el sector del “Corte” de la vereda Bohórquez, se regresó y se volcó. Se golpeó una pierna, razón por la cual pasó algunos días en el Hospital Clarita Santos de Sandoná.
Falleció el jueves 25 de junio de 1981 en horas de la noche. Su velación se realizó el día viernes y sus honras fúnebres el día sábado en el templo del Sagrado Corazón de Jesús de El Ingenio. Su tumba está en el cementerio de este lugar.
Hoy conjuntamente con mis familiares recordamos a nuestra madre y le agradecemos por todas sus enseñanzas relacionadas con el trabajo, la disciplina y la dedicación y en mi caso por enseñarme a creer en mis capacidades.
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