El fútbol y una anecdótica historia de amor

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Estamos en el marco de las simultáneas Copa América y Euro Copa 2024, eventos deportivos que parcialmente nos abstraen de la problemática social, política y económica -que sin duda existe-, aunque infame y tendenciosamente magnificada por los medios de comunicación con intereses particulares.

Ad portas del segundo encuentro de Colombia, esta vez ante Costa Rica, se podría afirmar que los nuestros poseen juego individual y colectivo con mucho fundamento moderno y eficaz, gracias al sello característico del estratega argentino Néstor Lorenzo; de modo, pues, que casi se asegura un triunfo cafetero. Esperamos que Lucho, Mojica y Arias  retornen al juego que les conocemos. Por lo visto ante Paraguay, Matheus Uribe y Santos Borré, decepcionaron. Ríos, la sensación. Daniel Muñoz y James, los goles. El resto del equipo, un contundente ensamble deportivo.

En este modo fútbol que nos atrapa, un paisano y ocasional lector de mis escritos, Oscar Javier Oviedo Garzón, me recuerda que en el año 2016 había compartido a mi messenger  la reliquia fotográfica que acompaña este artículo, donde relata algunos sucesos de un encuentro intermunicipal de fútbol realizado en el parque principal de Sandoná, entre delegaciones deportivas del club local Atlético Municipal y Colombia, de Linares. El evento menciona mi amigo, ocurrió el 25 de octubre de 1952. Aunque soy modelo 53, algunos años después pude conocer a muchos de los integrantes de aquella escuadra futbolística, ya en su edad madura.

En la fotografía, al fondo se puede observar las residencias de arquitectura colonial, propiedad de don Carlos Rodríguez y Sergio Elías Erazo. Destacan sus pequeñas ventanas y balcones en madera; algunos ciudadanos con su tradicional sombrero de paja toquilla; y el conjunto de personas posando en la improvisada cancha localizada en un terreno sin césped, pues supongo que era un espacio multiusos.


Óscar, apoyado en la memoria de su padre, el señor Carlos Enrique Oviedo Lozada, describe la siguiente reseña: “…Clásico: Atlético Municipal de Sandoná vs Colombia de Linares. Ambos equipos en la foto. Se jugó en el Parque Principal de Sandoná. Marcador Atlético 3 Colombia de Linares 0. Mi mamá  está en el tercer balcón. La primera de izquierda a derecha. La más bajita. Su nombre Olga Stella Garzón. Sobrina de Berta Rodríguez y Jorge Salgar. Formación del Atlético: de pie de izquierda a derecha: Sergio Elías Erazo Morán, Alberto Hidalgo Guerrero, Aldemar Medina, Fabio Cabrera Martínez y Marcial Sánchez. Todos, QEPD. Sentados de izquierda a derecha: Campo Elías Guerrero Fajardo “El Pájaro” (un apodo maquillado, pues el original era más obsceno) QEPD., Víctor Erdulfo Hidalgo Guerrero, QEPD, Mauro Benavides Montilla “Pitemoco”, Juvencio Zambrano Cabrera, QEPD, Luis Alberto Rodríguez Benavides, QEPD y Carlos Enrique Oviedo Losada (mi papá). El acompañante a la izquierda es el señor Saulo Ojeda Cabrera…”.

Como anécdota, Óscar comenta que las parejas conformadas por sus padres y el joven Víctor Erdulfo Hidalgo y  la señorita Magola Muñoz Rodríguez, antes del encuentro de fútbol, se habían casado a escondidas; se supone que no contaban con la aceptación de sus respectivos suegros. Al finalizar el partido, los futbolistas del Atlético Municipal celebraron un acontecimiento doble: la victoria futbolística  del cuadro local y la realización de dos matrimonios de sendos compañeros de equipo.

Estoy seguro de que los descendientes de las personas mencionadas leerán este relato con reacciones encontradas: complacencia y nostalgia.

Muchas gracias, Óscar Javier, por su contribución a enriquecer la historia de la práctica del fútbol en nuestro pequeño paraíso sandoneño.

Junio de 2024.

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