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verdadero deleite visual observar los
resultados de la escuela de fútbol del
Atlético Nacional de Medellín, cuya formación titular estaba conformada
entonces con “puros criollos”, casi todos provenientes de las divisiones
inferiores dirigidas por el desaparecido estratega argentino Oswaldo Zubeldía. Y esa misma escuela, con la
posterior orientación de técnicos nacionales, alumnos del rioplatense,
consiguió para un equipo colombiano, por primera vez, una edición de la Copa
Libertadores de América.
En gran medida, la estrategia y política deportiva de
sus dirigentes fueron los pilares que permitieron conservar, a toda costa, a
esa camada de prospectos del fútbol nacional,
que a la postre, gran parte de ellos integrara la más famosa y
competitiva selección colombiana de todos los tiempos. La de Pacho Maturana y
Bolillo Gómez. Posiblemente el esfuerzo compartido entre la dirigencia oficial
y privada, reforzada con dinero de algún mecenas antioqueño, lograron ese propósito.
Corría el rumor, nunca probado, que algunos de esos recursos traspasaban la
línea gris de la ilegalidad. En todo caso ese club y dicha selección catapultaron al fútbol nacional entre los
mejores del planeta. Bueno, en la clasificación de seleccionados nacionales
avalada por la FIFA de entonces, figuraba la nuestra en el primer lugar. Y vaya
que nos lo creímos. Casi que con la “humildad” de los argentinos.
deportivo actual, el equipo capitalino Millonarios, que también le ha procurado
renombre al historial de nuestro balompié -por algo, hinchas y
contradictores lo denominaban “el ballet
azul”-, es el referente de esta época; con sus defectos y virtudes. De ahí que
la reciente estruendosa derrota de ocho goles a cero, que le propinara el Real
Madrid –el de abultada chequera, en
euros, que le permite adquirir a los mejores futbolistas del orbe-, simplemente
refleja el ínfimo nivel de competitividad que nuestros clubes. Una soberana
cachetada a la realidad del fútbol actual. Aunque el hecho también refleja la iniquidad financiera y técnica entre
clubes, a escala mundial. Pero con goleada y todo, Millos continúa a la
vanguardia del máximo torneo
profesional. Expresado coloquialmente:
“en el país de los ciegos, el tuerto es el rey”. Esa es la razón del título de
la columna. Como en el exitoso tema musical de CHOCQUIBTOWN: eso es lo que hay.
escuadras del rentado nacional como Santa Fe, Cali, América, Independiente
Medellín, Caldas, etc., por mencionar solo algunos; al no contar con el ingreso
de gruesas sumas de dinero para la incorporación de figuras en su nómina
futbolística; debido en parte, a deudas acumuladas que generan déficits
recurrentes; ausencia de mecenas que
contribuyan a sus fiscos; bajas recaudaciones por el ingreso de pocos
aficionados que asisten al espectáculo, y al desmesurado costo de las
transferencias de calificados futbolistas locales y foráneos; se ven abocados a
contratar verdaderos petardos –salvo contadas excepciones-, o a echar mano de
las incipientes promesas provenientes de sus divisiones inferiores, habida
cuenta del escaso o nulo interés en formar verdaderas escuelas que aporten
renovación permanente. A propósito: cuánto dura, en promedio, un estratega o
técnico en un equipo colombiano? Tanto como sus dirigidos reciban tres o cuatro
derrotas en serie; lo cual dificulta o elimina la posibilidad de un proyecto
deportivo sostenible.
prospecto diferenciado, llámese Falcao, Guarín, James Rodríguez, Darwin
Quintero, Bacca, Montero, Giovanni Moreno, etc., cada uno de ellos se convierte
inmediatamente en la salvación de las arcas de su equipo, y de los clubes
argentinos cuando el futbolista hace tránsito en ese país; fuente de generosos
ingresos para el intermediario (mánager), y desde luego – cuando se trata de un
futbolista disciplinado-, en el cómodo aseguramiento del futuro del
transferido. Esto explica la presencia de nuestras figuras nacionales en
diversos clubes del planeta: Italia, Holanda, Turquía, Arabia Saudita, Rusia,
España, Inglaterra, etc., donde el dinero fluye sin cesar. Como en la billetera
del ruso Abramovich, dueño del Chelsea inglés. Pero al fin y al cabo
transferidos por su capacidad y competitividad deportiva.
nacionales, difícilmente a la nuestra -cuando retornan las figuras
“exportadas”-, ningún país habrá de propinarle semejante goleada, como la de
Millos. Y menos con el recurso financiero, humano y técnico con que se dispone.
Y con la garantía de la objetividad que ofrece el técnico Peckerman.
en la tabla de clasificaciones para Brasil 2014, mañana viernes ascenderá a la
primera posición, luego de derrotar a la alicaída selección de Paraguay, por
marcador de 3 a 1. Y a fe que competiremos en el país carioca. Seguramente con
la verdadera humildad producto del escarmiento pasado. Ese es mi pronóstico.
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