La historiadora de Ancuya Irma Zambrano hace un recuento de las afectaciones que ha ocasionado la quebrada El Guaico Seco, que nace en la parte alta de la vereda El Pedregal, recorre gran parte de esta vereda, pasa por el norte de la vereda El Llano, atraviesa la hondonada de La Guitarra y la Rabija, hasta desembocar en la Quebrada Honda, por los lados del Pescadillo.
El caudal es muy poco e incluso desaparece cuando llega a El Llano, sin embargo aumenta considerablemente en la temporada de invierno.
Esta es la historia de la quebrada El Guaico Seco realizada el 30 de noviembre de 2018 por la profesora Irma Zambrano.
Transcurría el año 1850, cuando la quebrada El Guaico Seco produjo una avalancha con pérdida de vidas humanas, arrastrando gran cantidad de piedras de gran tamaño; tomando de allí el nombre de la vereda El Pedregal; como la piedra delgada quedó hacía abajo, formó una gran huella; por eso también tomó el nombre de: “El camino de la rastra”.
El sector de El Llano, según comentarios de los antepasados, era cenagoso, cubierto de selva y totora y por esta avalancha quedó completamente inundado. La avalancha transformó el relieve formando una hondonada llamada “La Guitarra”, por la forma como quedó después de la avalancha.
Con el paso del tiempo ese barro se secó, quedando una meseta y el relieve diferente al que existió, dejando los terrenos habitables y aptos para cultivarlos.
En el año de 1910 otra avalancha producida por la misma quebrada, destruyó cinco viviendas de los señores: José Pantoja, José María Díaz, Eluterio Caicedo, Adolfo Rosero y Miguel Pantoja, residentes en la vereda El Pedregal.
La tercera avalancha ocurrió en el año de 1946, destruyendo cultivos y llevándose animales domésticos y aves de corral de las casas que quedaban cerca a la quebrada.
En la noche del sábado 9 de abril del 2022, nuevamente la quebrada El Guaico Seco aumentó su caudal y causó inundaciones en diferentes viviendas de El Pedregal y el Llano, con la consecuentes pérdidas materiales.
Fotos: Nelson Acosta y Emilse Guerrero