Misión de mujer

Por Elsy Melo
Maya

elsy.ya@hotmail.com

Nuestro
departamento siempre ha sido catalogado como una tierra habitada por gente
buena, honrada, honesta, noble, trabajadora, inteligente, emprendedora, alegre
y capaz; respetuosa de sus tradiciones y costumbres. Cuando se habla de Nariño,
se menciona además su biodiversidad, los bosques, montañas, volcanes, lagos,
lagunas, aunados a los mitos y leyendas, que hacen parte de su historia y su
identidad.

Nariño es rico
en cultura, con un enorme potencial turístico y agropecuario; es reconocida la
hospitalidad de sus gentes como lo son también sus artesanías en paja toquilla,
el barniz y la madera tallada, entre tantos otros productos que nos
identifican. Y obvio no podemos dejar de mencionar su excelente gastronomía y
sus carnavales declarados patrimonio de la humanidad, donde las manos
laboriosas de nuestros artesanos, son las responsables de la creación de
aquellas monumentales y coloridas obras de arte.

Este Nariño “tapiz de retazos”, donde la
religiosidad y la fe de sus gentes se ve reflejado en sus templos y donde “el
verde es de todos los colores”, ése es nuestro departamento, con todas sus
riquezas y memorias, donde las características distintivas que exaltan a sus
habitantes, identifican a la inmensa mayoría de los nariñenses. Y ése es el departamento
que debe seguir siendo noticia nacional y mundial, y no aquel que sobresale por
la cantidad de cultivos de coca que dañan nuestros suelos, acaban con nuestros
campesinos y enriquecen a los mismos delincuentes de siempre, ni tampoco aquel
que aparece en los titulares por la corrupción aparente de algunos de sus
gobernantes y/o empresarios.

Ojala dejemos
de ser noticia por esta clase de escándalos y recuperemos la imagen que siempre
nos ha caracterizado; que nuestro departamento se distinga por la capacidad e
inteligencia de sus gentes y no por los cuestionamientos en su actuar; que sea
reconocido por la productividad de nuestras tierras, por ser ejemplo de apoyo
para el sector rural y urbano, por brindar una excelente educación, por propiciar
fuentes de trabajo y de ingresos a los hogares. Un departamento que vuelva a
ser el remanso de paz que conocieron nuestros ancestros, con capacidad
suficiente para brindar alternativas de progreso, desarrollo sostenible y
bienestar integral para todas las comunidades.