Plato de segunda mesa

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Endulzando las palabras

Por Iván Antonio Jurado Cortés
iajurado@yahoo.com
Mientras en Colombia persista el
modelo neoliberal, siempre el sector de la academia padecerá por no poder
explayarse como la dignidad humana lo exige. El problema de la educación
pública no es del momento ni del anterior gobierno, es una consecuencia de un
sistema que dejo de ser funcional hace décadas
. Obviamente que cada vez la
problemática aumentara hasta llegar al colapso. Los gobiernos de corte
conservador insistirán en que el sistema educativo público sea cada vez menos
viable.

Defensores de las políticas arcaicas
seguirán diciendo que el actual régimen presidencial es la machera, sin
embargo, hasta los más fanáticos de los procederes conservadores empiezan a
dudarlo
. Hay que entender que la clase política tradicional pese a sus
limitadas renovaciones generacionales, siempre se guían por la misma estrella,
esa que les da brillo a sus objetivos, los mismos que los indispone y hacen
hasta lo imposible para tener el control.
El tema de la educación pública
seguirá siendo un cuento de nunca acabar
. Siempre los mismos paros, el mismo
pliego de peticiones y como cosa curiosa las repetidas salidas de los gobiernos
de turno. Igual que la salud, la educación aunque en el papel se registre como
un derecho fundamental, para los políticos y el régimen, simplemente es un
plato de segunda mesa. Lo pueden observar comparativamente ante otros sectores
como el de la seguridad. El hecho de que sea X o Y el presidente, no olvidemos
que ellos caminan un sendero cuyas huellas los guían sin equivocarse de
sistema.
En varios países latinoamericanos la
lucha por salvaguardar la educación gratuita y de calidad no ha sido fácil,
hoy, muchos de estos pueblos han logrado avanzar significativamente, hechos que
hasta la fecha no se puede replicar en Colombia. No entiendo si se sabía que el
problema iba a continuar en un eventual gobierno de Duque, porqué millones de
ciudadanos lo eligieron?
Una de las conclusiones es que desafortunadamente los
colombianos en su mayoría viven de apasionamientos, incluso, muchos son
fanáticos partidistas, que no miden consecuencia.
Los paros universitarios iniciaron
en distintas regiones, es un buen momento para que los ingenuos aterricen y se
den cuenta de la triste realidad que la gente vulnerable vive. Se espera que la
memoria aun esté fresca de quienes se ufanaban abanderando ideologías nocivas
al pueblo de a pie. El cartel de los cobardes se abre, unos dirán que ellos no
votaron por dicho personaje, otros, que no sufragaron por nadie, en fin,
siempre estará la actitud hipócrita y defensiva con el propósito de no ser
cuestionado y de esta forma colarse en la fila de quienes luchan por un
bienestar educativo.
Más que justo las exigencias de los
estudiantes, ellos insisten que las limosnas ofertadas por el gobierno no
alcanzan ni para iniciar
. Hay dos temas claros, inversión y funcionamiento, que
la ministra de educación trata de confundir para mitigar el impacto de los
peticionarios. Está demasiado diáfano que las infraestructuras de las
universidades son anticuadas en su mayoría, la intervención no da espera. Por
otro lado, el presupuesto para funcionamiento es otro gran problema; sus
limitaciones están conllevando al debilitamiento de la calidad, y por ende a
generaciones de profesionales de bajo rango.
Las exigencias de los afectados
directos conmueve a la muchedumbre más no tienen el efecto que debiera tener
para lograr sobreponerse ante la visión capitalista de la educación pública. El
científico Rodolfo Llinás Riascos, dijo: “al grupo de académicos hay que
decirles que peleen para que cambien. Los únicos que pueden forzar son ustedes.
Es el momento de la revolución. No se puede seguir así
“. Prácticamente el
médico ha dado una voz de aliento a quienes insisten en una reestructuración
educativa que colme las expectativas populares.
Históricamente se ha demostrado que
las grandes luchas son las que se han inmortalizado por ejemplares resultados,
esos que actualmente benefician a millones de personas; la mayoría no saben que
su satisfacción es gracias a otros que hasta la vida ofrecieron por el desarrollo
de las siguientes generaciones
. Es posible que las actuales marchas no logren
el propósito, pero es un campanazo y voz de alerta para el gobierno.
Al parecer las universidades
públicas son un dolor de cabeza para muchos dirigentes egresados de instituciones
privadas
, sus expresiones así lo demuestran. Gran error dejar la inmensa
responsabilidad de esta cartera en manos de una funcionaria que no conoce el
trasegar de la vida estudiantil subsidiada, aunque no son directas las
consecuencias, al final incidirán para no entender la problemática de la
educación superior de la gente del común, esa que sacrifica hasta la vida por
superarse.

Este es un espacio de opinión destinado a
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pertenecen exclusivamente a los autores que ocupan los espacios destinados a
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