El despertador del sur
Por: Jorge Arturo Bravo
despertadordelsur@hotmail.com

Definitivamente parece que al gobierno de Iván Duque Márquez, también le importa “un pepino” la salud y la vida de los infantes pues, como pasa con los niños, adolescentes, jóvenes y maestros, de las Instituciones educativas oficiales, que quiere, a toda costa, obligarlos a regresar clases presenciales a partir del próximo 26 de julio, lo mismo piensa hacer con las Madres Comunitarias a quienes, la Directora General de Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Lina Arbeláez, y la Directora Regional Martha Lucia Tovar, prácticamente están obligándolas a volver a la presencialidad, exigiéndoles que los niños y niñas, entre los 2 y 4 años de edad, regresen al hogar Comunitario.

Bien sabemos que, como sucede con las instituciones educativas, los Hogares Infantiles, tampoco tienen las condiciones de infraestructura necesarias que les permita brindar a los infantes la bioseguridad necesaria que conduzca a salvaguardar la salud y la vida de los pequeños y, obviamente, también de las señoras Madres Comunitarias, algunas -se afirma- están contagiadas, a quienes ni siquiera un salario digno se les paga por los invaluables servicios que prestan a los pequeñines.

Desde estas páginas nos unimos a esas voces de todas las Madres Comunitaria del municipio de Pasto que también exigen se les brinde las ayudas necearías para que puedan cumplir con los protocolos de bioseguridad pertinentes; como el mismo nombre lo dice: hogares, y como hogares, no pueden cumplir, por ejemplo, con el distanciamiento de metro y medio o dos metros; con la ventilación suficiente, sus ventanas son como las de nuestros hogares; de hecho, estos niños necesitan, por esta pandemia, mayor cuidado de las Madres Comunitarias, y miren que ellas, al mismo tiempo que cuidan a los niños, también tienen que preparar los alimentos.

Estaremos pendientes para ver cómo se maneja la situación de los Hogares Comunitarios, cuyas Madres Comunitarias, como ya lo dijimos también piden el NO regreso a la presencialidad; yo no entiendo por qué, los funcionarios de estos rangos, tienen que demostrar sumisión y agacharse ante los mandatos desde Bogotá que solo ordenan desde un escritorio sin conocer las realidades locales.

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