Rincón consaqueño
Por José Rodrigo Rosero Tobar
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Eran la seis de la tarde del sábado 20 de julio. En Consacá, el tráfico peatonal y vehicular, como algo ilógico, estaba completamente congestionado, aunque lejos de molestar a los transeúntes, se convirtió en un hecho más de la culminación de una jornada que tuvo tintes de espectacular.
Un verdadero mar de gente iba y venía por las calles de la localidad y, no precisamente porque se celebraba el día de la independencia declarado como tal a nivel nacional, sino porque se desarrollaban competencias de motociclismo, ese deporte que atrae gente de los más recónditos rincones del municipio y la afluencia de propios y extraños que arriban a mirar el espectáculo de la velocidad. El día estuvo bañado de un sol que achicharraba la piel y no daba tregua en ningún momento a la gente que se aglomeraba en los sitios donde podían mirar la competencia sin igual.
La administración municipal había optado por iniciar las festividades locales con la programación de carreras de motociclismo en la modalidad de velocidad, deporte que tiene muchos adeptos y muchos practicantes en Consacá; aunque posterior a ellas, quienes deambulamos por el pueblo, debemos tener cuidado al desplazarnos porque queda en el ambiente la inexpresable pericia de los expertos competidores y cuál más se cree con dotes de desarrollar altas velocidades en sus motocicletas no adecuadas para estas lides, imitando los movimientos inverosímiles que exponen aquellos motociclistas en cada válida magistral.
Se presentaron como preámbulo de las llamadas fiestas de verano, otrora fiestas patronales ofrecidas en nuestro pueblo en honor a Nuestra Señora del Tránsito a quien veneramos de verdad; celebraciones que por situaciones de índole singular, se desligaron y que se celebraban pomposamente el 15 de agosto de cada anualidad, conmemorando un hecho sucedido en la corona española por allá en 1803 cuando el siglo XIX iniciaba su rumbo final.
Eran las seis de la tarde de este día sabatino. La cogestión se hizo presente en las calles de la localidad. vehículos de toda clase y gente de todas las edades y estirpes, trataban de salir del maremágnum que se había formado en las dos calles, prácticamente únicas, de la localidad y que más que un obstáculo en el tránsito se presentó como un espectáculo adicional, llevándose consigo lo que llaman la adrenalina de cada competencia y la desbordada alegría momentánea para volver a la cruda realidad.
Consacá, 26 de julio de 2024
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