
Por Emilio Jiménez
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Cada junio celebramos el onomástico, el día en el que se rinde homenaje al santo patrono Juan Bautista, quien bautizó a Jesús. Es importante recordar que nuestra fiesta no es sinónimo de cumpleaños, es decir, onomástico no significa el día de la fundación.
El 24 de junio de 1559 la Villa de Pasto hizo un tránsito a la categoría de ciudad, dejando el nombre de San Juan de Pasto en honor a lo anteriormente mencionado, además, resaltó un punto importante, social, el cual fue continuar con nuestras raíces indígenas de Pastos.
Es significativo recordar que la fundación de nuestra ciudad se dio en 1537 por Sebastián de Belalcázar. Aquí toma relevancia otro hecho social de rebeldía constante, insignia de los pastusos; no acogemos, como en otras ciudades del país, el día de la fundación para celebrar el cumpleaños, sino que dejamos sin honor a los colonizadores políticos como Belalcázar, y conmemoramos el onomástico, preferimos rendir distinción a nuestra idiosincrasia, que a los españoles.
Desde hace unos años el onomástico ha retomado mucha relevancia local, regional, nacional e internacional, ya que se han entregado eventos culturales con personajes reconocidos en diferentes materias. También, es de destacar la participación de cantantes nacionales e internacionales de talla como Fito Páez, Robi Draco Rosa, Niche y ahora, para mi gusto el mejor, Carlos Vives.
Si bien se genera una discusión por nuestro ADN de resistencia y rebeldía en cuanto al costo de los artistas anteriormente mencionados, lo cual se argumenta, entre otros aspectos, para que dicho dinero se entregara a artistas locales, lo que es entendible; si es menester distinguir que dichos cantantes ponen el nombre de Pasto en alto, y los artistas locales tiene la posibilidad de entablar alguna relación para entender el porqué de Pasto no ha salido un Carlos Vives o unos Aterciopelados, si nuestro talento musical es reconocido en el mundo.
Estos artistas se van hablando de Pasto y esa vitrina no tiene comparación. Aunque entiendo las críticas, es prioritario revisar el poder de convocatoria para llenar la plaza del Carnaval. La fusión entre los artistas locales con los de gran renombre, es la clave.