El despertador del sur
Por: Jorge Arturo Bravo
despertadordelsur@hotmail.com
Tuve la oportunidad de visitar en su residencia al señor Bartolomé Paredes Quiñones, para conocer algunos episodios de su vida, una vida dedicada al servicio de los demás, desde su juventud, después como empleado y más tarde desde la presidencia de Asociación de Jubilados Ex trabajadores de la Gobernación de Nariño, y de verdad, que mi admiración fue grande, encontrarme con un hombre que con 102 años de edad, presenta una lucidez extraordinaria, digna de toda admiración.
Don Bartolemé Paredes, nacido el 15 de enero de 1921 en el municipio de Tumaco, bachiller del Colegio Max Seidel de su tierra natal; después de prestar servicio militar en el Batallón Cabal de Ipiales, se vincula durante más de cuarenta años, como empleado de la Gobernación de Nariño aunque primero perteneció al Ministerio de Economía-según nos cuenta.
Lo conocía desde hacía muchos años, alguna vez nos encontramos en el recinto de la Asamblea Departamental de Nariño, cuando juntos recibimos una condecoración que nos concedía la Duma Departamental; siempre impecablemente vestido, con los paños finos que ya no se encuentran, con su corbata y su sombrero Barbisio, una marca italiana, que hasta ahora luce y le hace ver al hombre que siempre se distinguió por su elegancia, además su recia personalidad, la que marcaba la diferencia con sus compañeros,
Y qué bueno, me dije y se lo expresé a él, que el Congreso de la República por intermedio del Senador David Luna, que viajó desde Bogotá expresamente a Pasto, aunque un poco tarde, demasiado tarde diría yo, le impuso la Medalla “Congreso de la República”, una condecoración altamente significativa y que pocos nariñenses la tienen, no obstante, se la concedieron en vida y eso es lo más importante, porque el señor Bartolomé Paredes tuvo la dicha de recibirla y experimentar, junto a su familia, hijos, nietos y bisnietos el más grande júbilo que una persona pueda sentir, máxime si esa maravillosa condecoración le llegó a sus 102 años de edad. Desde estas páginas nos unimos y nos hacemos partícipes de esas múltiples voces de felicitación que recibió el venerable señor.