Por Camilo Fajardo Cabrera
Sentir el aire entrando a los pulmones se convirtió en la mayor de mis alegrías, disfrutar el sabor de una sopa con buen ají es casi que un manjar diario. Cosa que no pasaba hace unos días: nada tenía sabor, los olores no existían, solo escuchaba el ruido del oxígeno entrando por una manguera en mi nariz. Caminar 20 pasos al baño era tan extremo como ser periodista en Colombia.
Cuando llegó el momento de desfallecer todo se volvió turbio, los pulmones sólo funcionaban al 60% y la intubación era inminente. Las lágrimas rodaron por las mejillas esperando el cruel traslado.
Pero Dios tenía otros planes, las cadenas de oración de colegas, familiares y amigos llegaron con esa recarga extra del amor del Cielo.
Fueron siete días en la unidad de urgencias respiratorias del Hospital Susana López de Popayán que deberán seguir con recomendaciones médicas en casa.
#GraciasATodos por sus oraciones, Dios les pague por los mensajes de cariño, es una oportunidad que debo aprender a caminar de la Mano de Mamita María.
Nota relacionada:
- Puede leer más Eucaristía por periodista sandoneño
Recupere pronto amigo Camilo