Corrupción y postconflicto

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Por: Lina María
Arango

Tomada de
Gobernanza
ConSentido
Como nuevo
presidente de Colombia, Iván Duque reiteró en su primer discurso su compromiso
con la lucha anticorrupción y la definió como uno de las principales banderas
en el gobierno
que comenzará el próximo 7 de agosto. En medio de la euforia de
su victoria, la prevención de corrupción se definió como un tema prioritario en
la agenda pública. En este sentido, los recursos destinados por la cooperación
internacional para la implementación de los acuerdos de paz requerirán una
mayor transparencia en su ejecución.

Si bien el
compromiso de la comunidad internacional ha sido evidente para apoyar la
ejecución de proyectos territoriales enfocados a la construcción de paz, el
panorama interno no es tan optimista debido no sólo a la polarización, si no a
la falta de confianza y credibilidad en las instituciones del Estado. Las
constantes investigaciones de funcionarios públicos y el exceso de burocracia

son algunos ejemplos que no sólo han afectado la legitimidad de las
instituciones creadas en el marco de la negociación con las Farc, sino que ha
terminado por deteriorar el ambiente para una adecuada implementación de los
acuerdos en el nivel territorial.
En un contexto
de postconflicto, la relación entre corrupción, pobreza y la inequitativa
distribución de los recursos públicos son un reto a asumir en la construcción
de paz estable y duradera
. Después de realizar estudios de caso en países en
post conflicto como Afganistán, el Congo, Irak, Sierra Leona y Timor del Este,
el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo -Pnud- concluyó que la
corrupción es uno de los factores que contribuyen a reactivar la violencia
armada en muchas sociedades de post conflicto.
Los gobiernos
que han experimentado conflicto armado son particularmente vulnerables a la
corrupción. En el caso colombiano, los narcotraficantes, contrabandistas,
bandas criminales o carteles de funcionarios corruptos son actores que buscan
apropiarse de los recursos destinados a brindar los servicios públicos básicos
y oportunidades económicas para los más pobres
Superar el
frágil ambiente de confianza en el proceso de implementación de los acuerdos de
paz, la débil efectividad de los dirigentes políticos del más alto nivel
nacional y territorial para combatir la corrupción y la politización de las instituciones
son retos que aunque prioritarios no han sido asumidos ni desde el gobierno
nacional, ni desde el nivel territorial
. Los recursos públicos locales para la
paz deben ser administrados con transparencia y planeación mas allá de
intereses políticos, fortaleciendo las veedurías ciudadanas y la rendición de
cuentas de manera transversal y general.
Con ello se
mitiga el ambiente de desconfianza y desesperanza de la ciudadanía frente al
manejo de los recursos de la paz. Bienvenido el compromiso del presidente
electo. Esperaremos con hechos la materialización de su discurso
anticorrupción
. El reto es enorme.
Columna
Publicada inicialmente en el Diario el Otún

Nota original:

http://gobernanzaconsentido.org/index.php/noticias/63-corrupcion-y-postconflicto

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