Por Elsy Melo Maya

Con la expedición de la Constitución
de 1.991 se esperaba que en Colombia se diera inicio a una nueva era política,
donde el ejercicio de los valores democráticos y el respeto por los derechos
humanos, fueran los pilares fundamentales de un renovado Estado de Derecho. No
obstante los preceptos plasmados en la Carta Política, los hechos que a diario
atentan contra los propósitos establecidos, han seguido su marcha y de qué
manera…

Una razón más para que aquella educación
para la democracia de la que habla la Constitución, se convierta en realidad.
Es claro que el gran desafío de crear una conciencia ciudadana democrática y
pacífica, recae en primera instancia en las instituciones educativas, sin que
ello implique que los hogares y la sociedad, queden excluidos de este
compromiso que es responsabilidad de todos.

El filósofo y educador John Dewey
decía con razón, que “Construir una democracia es educar a los ciudadanos”; lo
preocupante es la carencia de mecanismos eficaces para la enseñanza de los
valores democráticos. 

En la actualidad seguimos necesitando de un proceso
educativo claro y contundente, que además promueva el pensamiento crítico, la
autonomía y la independencia pero con responsabilidad; que incremente la
capacidad y la convicción de las personas para actuar observando la ética y la
moral que exige la sana convivencia, con un real compromiso hacia la
construcción de una sociedad justa y una nación verdaderamente en paz.

El reto que tenemos, contrario a lo
hoy ocurre y que simplemente se reduce a mirar y replicar lo que traen las
redes sociales, es enseñar a analizar y a opinar sobre la vida política del
país, con conocimiento y criterio; a defender las ideas con argumentos racionales
y coherentes; a desarrollar el interés por la problemática de nuestro entorno;
a entender nuestra condición de ciudadan@s, como un compromiso con el país, con
el fortalecimiento de la justicia, la equidad, la libertad y el ejercicio de
los derechos humanos. El reto es dejar de ser ajenos a la realidad del país y asumir
la obligación de ayudar a construirlo con las mejores opciones y las mejores
propuestas, rechazando a los corruptos y a los populistas que pretenden
confundir a un pueblo ávido de un futuro con mayor bienestar integral.

Marzo 5 de 2018

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