El año va a terminar…

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Mi ventana
Por Ramiro García
ramigar71@hotmail.com
En  pocas horas escucharemos la famosa gaita
zuliana “Faltan cinco pa` las 12”, cuyo autor, el venezolano Néstor Zavarce
,
jamás imaginó que su nostálgica producción musical sería reproducida cinco
minutos antes de finalizar cada 31 de diciembre, de manera simultánea y durante
muchas décadas, en millares de hogares latinoamericanos.

En nuestra amada
Colombia la escuchamos con un rito muy particular. Lo hacemos de manera
paralela a la quema del tradicional “taitapuro”. Ese muñeco inerme, carente de
alma y vestido con ropajes viejos; cuya piel de trapo envuelve sus entrañas
rellenas de paja mezclada con petardos. En el marco de una infalible norma: la cantidad de pólvora utilizada es
inversamente proporcional al estrato social de quienes celebran
.
Aunque de manera
genérica, el “año viejo” suele representar acontecimientos sociales, económicos
y políticos, locales o nacionales
; casi siempre acompañado de un texto con
lenguaje irónico. Entre tantos sucesos insólitos, no se confrontan dificultades
para escoger el personaje o evento apropiado. Desde los obesos de La Habana
hasta nuestro falaz reinado.
Durante la alicorada
ceremonia, y en la medida en que el falso fetiche se convierte en cenizas, cada
persona devuelve su película con el recuento de sucesos del período finalizado;
en algunos casos celebrando metas alcanzadas, en otros no tanto. Depende del
indicador con que se evalúe cada escenario. Todos ganan, todos pierden. La
teoría de la relatividad.
En milímetros de
segundo, como diría nuestro vecino, el pintoresco Maduro, inicia otro año lleno
de expectativas. Algo así como la regeneración del tiempo y de nuevas energías.
El proyecto de una  ilusoria modificación
de la realidad, que será posible sólo si viene acompañada de un cambio en la
percepción y actitud de cada cual frente al nuevo escenario que ofrece la vida
.
Nada será gratuito.
En fin, bajo ese
contexto, es mi ferviente deseo que mis familiares y amigos reales o virtuales,
disfruten con mesura de esos efímeros cuanto agradables momentos
, que tienen la
noble particularidad de estrechar en un
lacrimógeno abrazo a toda una familia, cuadra y barrio.
En muchos casos a todo
un pueblo, como en mi lejano Sandoná; en donde, además, se redondea el evento
con la costumbre de leer un inquietante
y satírico testamento
.
Salud y feliz año.
Este es un espacio de opinión destinado a
columnistas, blogueros, comunidades y similares. Las opiniones aquí expresadas
pertenecen exclusivamente a los autores que ocupan los espacios destinados a
este fin por el blog Informativo del Guaico y no reflejan la opinión o posición
de este medio digital.

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