Visión de mujer

Por Elsy Melo

elsy.ya@hotmail.com

En la semana
pasada, se hizo efectiva una sentencia contra un asesino de una fisioterapeuta
en la ciudad de Cali. La pena impuesta por el feminicidio fue de 36 años pero
aunque es una condena ejemplar, nunca será suficiente para castigar el
asesinato de una mujer “por su condición de ser mujer o por motivos de su
identidad de género” tal como se encuentra definido por la ley 1761 de 2015.

Según un
estudio de la Universidad de la Sabana y Medicina Legal, que refleja la
violencia contra las mujeres en el país, 100 casos fueron registrados como
muertes por feminicidio en el año 2015 y 122 en el año 2016, es decir que se
incrementó en un 22%. Cuando se analizan los resultados de manera regional, los
resultados más preocupantes los aporta el departamento de Antioquia donde los
feminicidios pasaron de 16 en el 2015 a 20 en el 2016. El segundo lugar lo
ocupa Bogotá con 12 y 17 respectivamente y le sigue Santander al registrar 11 y
13 casos en los años referidos. La disminución de este flagelo aunque solo sea
en pequeñas cifras, se identifica en Atlántico, Caldas, Cauca, Huila, La
Guajira, Magdalena y Norte de Santander.

Es importante
tener en cuenta que el estudio se adelantó antes de haberse suscrito el acuerdo
de paz con las FARC y considerando la diferencia entre violencia intrafamiliar
y violencia sexual, ambas igualmente preocupantes y en ascenso: en la primera,
hubo un incremento para el 2016 del 20% y en la segunda, de un 7%. 

Un dato
igualmente importante que mostró el estudio, es que el total de mujeres que
fueron víctimas de algún tipo de violencia sexual entre los años 2010 y 2015, fue
de 875.437 y que las cifras se reportaron mayoritariamente en Medellín,
Buenaventura y Bogotá, debido aparentemente, a las políticas públicas que las diferentes
entidades han implementado en defensa de las mujeres en dichas ciudades; y
siempre repetiremos los mismo: son las cifras resultantes de los casos
denunciados y nos preguntamos: ¿ cuál es la cifra real de las mujeres que a
diario sufren cualquier tipo de maltrato y no se atreven a denunciarlo por
temor a las represalias, por vergüenza ante la sociedad, por depender
económicamente de su pareja, o por no dejar a sus hijos e hijas sin padre, como
suele argumentarse? Denunciar es defenderse.