El despertador del sur
Por: Jorge Arturo Bravo
despertadordelsur@hotmail.com
Este martes 16 de abril, en mi mente, inquieta y comprometida con la historia de Pasto y de Nariño, cual solemne procesión desfilaron por ella, toda una gama de ilustres personalidades que nacidas en este bello rincón nariñense que dieron lustre y escribieron las páginas más gloriosas de nuestra historia, en el campo de las letras particularmente, personajes que se encuentran en el total olvido no solo por nuestros estamentos gubernamentales sino también por quienes están al frente de las entidades de cultura, incluidas las instituciones educativas.
Recordaba entonces a ese ilustre tuquerreño, maestro de escuela, pero también periodista, poeta, dramaturgo y novelista: Juan Álvarez Garzón, nacido en la “Ciudad Sabanera de Túquerres”, el 16 de abril de 1898; autor de esa novela, quizá, una de las mejores novelas colombianas y que inmortalizó a este ilustre nariñense, hoy olvidado por todos: “Gritaba la Noche”
También desfilaban por mi mente Emma Medina Madroñero, nacida en Funes, y fallecida en Pasto hace 40 años, el 4 de abril de 1984, maestra de escuela y una gran poetisa, de tierna, dulce y delicada inspiración, equiparada quizá con Gabriela Mistral, la chilena, Premio Nobel de literatura 1945; y no podía quedarse atrás, en ese desfile de personalidades que por mi mente desfilaron en una noche de vigilia, Aurelio Arturo, “mi pariente”, “La Gloria de la poesía colombiana” nacido en la Unión el 22 de abril de 1906.
Estos ilustres personajes, como otros, cuyos nombres deberían ser escritos con letras de oro y de molde en las instituciones educativas, son los que deben recordarse y estudiar, su vida y su obra, ahora que estamos en vísperas de celebrar el Día del Idioma; una bonita y ejemplar forma de hacer cultura ciudadana, y de esta manera, conocer y valorar la importancia que tuvieron nuestros hombres y prohombres en el progreso cultural de nuestro departamento.
Y el bello sueño, de este apasionado por las letras y literatos nariñenses, se haría realidad, si el gobierno municipal y departamental tuvieran su propia Biblioteca Pública, esa que tanto venimos reclamando, aspecto que lastimosamente no aparece en los “tan cacareados” Planes de Desarrollo, tanto del municipio como del departamento; pareciera que a nuestros gobernantes les importara “un carajo” las letras nariñenses.