Visión de mujer

Por Elsy Melo
Maya

Mientras Colombia da pasos importantes en la consolidación de la paz, el respeto a los
derechos humanos, las políticas de
género y la lucha contra la violencia intrafamiliar, en  Rusia la diputada ultraconservadora Elena
Mizulina, propuso la ley que fue aprobada en primer debate y que despenaliza el
golpear a una mujer, un hijo o un abuelo si se hace una vez al año.

No puedo dejar
de sentir vergüenza ajena y obviamente rechazar esta clase de proyectos
inauditos en todo su contenido; valora el daño de la “golpiza” considerando
solo la afectación física en la salud de la persona agredida y no las graves consecuencias psicológicas, y lo que
es peor, deja la carga de la prueba al
agredid@, pues la justicia no actuaría de oficio. En definitiva, Rusia
retrocede en vez de avanzar en materia de protección hacia la mujer, los niñ@s
y los adultos mayores. Para que juzguen ustedes mismos, transcribo las consideraciones
que se tuvieron en cuenta, así como las cifras de violencia contra la mujer, lo
cual hace menos entendible la aprobación de la medida.

“Según las
diputadas que impulsan la ley, solo quieren despenalizar las palizas que no
ocasionen perjuicios en la salud de los agredidos. Según la senadora Mizúlina,
no deberían haber “personas encarceladas durante dos años y etiquetadas como
criminales simplemente por dar una torta (golpiza)”, argumentando que un
hematoma no supone daño a la salud pues son lesiones que se curan en corto
tiempo.

La iglesia
ortodoxa rusa también ha manifestado su apoyo a la medida, afirmando que es
comprensible “el castigo corporal” si es “razonable y se hace con amor”, ya que
“es un derecho esencial dado por Dios a los padres”.

Según las cifras del Ministerio del Interior
ruso, una mujer muere cada 40 minutos en Rusia como consecuencia de la
violencia de género, es decir, entre 12.000 y 14.000 mujeres mueren al año por
culpa de su pajera. Sin embargo, siendo un país ultraconservador y machista, el
90% de los denunciantes (y solo el 10% de las víctimas denuncia) “finalmente no
acuden a los juzgados, porque el procedimiento es muy engorroso y porque el
agresor es alguien del entorno más próximo, que casi siempre comparte hogar con
su víctima”, aseguró la fundadora del movimiento civil ‘Stop violencia’, Aliona
Popova”.

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