Mujer, palabra mayor

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Endulzando las palabras
Por Iván Antonio Jurado Cortés
iajurado@yahoo.com
Aun no puedo asimilar la diferencia irracional
que se ha hecho a través de la historia con los géneros humanos
. Desde el punto
de vista teológico, especialmente el cristianismo, ha suscrito en la mente de
sus feligreses que la mujer resultó simplemente como compañía para el hombre,
necesaria para sus días solitarios.

Que la mujer Dios la sacó de una “costilla del
hombre”; acto que nos da a entender desde esa concepción que la mujer solamente
es un subproducto y una súbdita del hombre
. Si extrapolamos los anteriores
conceptos, concluimos que siempre persistirá la imagen de la mujer como un sexo
débil, subyugada a las decisiones que el gran género masculino determine.
De igual manera, notamos idéntica forma de
pensar en las decisiones políticas de los diferentes países del mundo. No se
conoce hasta el momento una sociedad donde la mujer sea una protagonista
esencial en las resoluciones religiosas, sociales, políticas, económicas y
culturales
.
Aproximadamente el 75% de las mujeres
actualmente se desenvuelven en actividades menospreciadas por el hombre, ya sea
a nivel familiar, político, económico y religioso. Solo un 25% del género
femenino está ocupando cargos de representatividad, aunque en algunas
oportunidades son mal vistas por los “caballeros”
, que hacen hasta lo imposible
por raptarles ese protagonismo.
Para no ir tan lejos, nuestra nación es un
espejo de lo que sucede en la mayoría de estados independientes del planeta.
Aquí el 80% de los cargos públicos de elección popular son ocupados por
hombres. El 95% de los pastores religiosos, incluidos los curas, son hombres
.
El 70% de las familias de clase popular dependen directamente de lo que el
hombre pueda hacer desde el punto de vista laboral, y así sucesivamente.
Anatómicamente la mujer está diseñada para
parir, actividad que el hombre nunca podrá realizar debido a su conformación,
sin dejar de lado la cobardía para tolerar el dolor. La masa cerebral del
hombre limita más su funcionamiento, por ser amenazada y afectada de “vicios”
costumbristas como el tabaco, alcohol y el estrés de la fuerza propia de
“machos”
. En cambio la mujer es más liberada en este aspecto.
Existen estudios donde se demuestra que el 80%
de los hombres corresponden a cualquiera de estos vejámenes, mientras que en la
mujer, solo un 30% lo hacen. Demostrando de esta forma que la disponibilidad
intelectual en la mujer estará predispuesta a desarrollar y proponer mejores
cosas en beneficio de los demás
.
Es indispensable romper el paradigma
subyugador del género femenino, con el propósito de que la mujer pueda ocupar
el lugar que le corresponde. Como hombre estoy seguro que será de mucho
provecho para mejorar esta sociedad tan convulsionada que vivimos
.
Basta de continuar con la torpe inequidad que
la mujer es menos que el hombre. Las pocas que han tenido la oportunidad de
liderar procesos sociales, políticos o empresariales, lo han hecho con decoro,
compromiso y lealtad
. Por naturaleza son más eficientes, visionarias y
objetivas. Mujer, palabra mayor.
Jueves, marzo 5 de 2015
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