El despertador del Sur
Por: Jorge Arturo Bravo
despertadordelsur@hotmail.com
Estamos a escasos ocho días de terminarse el presente año escolar en todas las instituciones educativas oficiales y privadas del país correspondiente al calendario A; vale la pena ir haciendo algunas reflexiones sobre lo que acontecerá a partir del próximo mes de febrero cuando se estará iniciando el nuevo año escolar 2021.
Se termina un año escolar en medio de múltiples dificultades, ocasionadas por la pandemia del coronavirus Covid -19 que obligó a cambiar, sin estar preparados, de modelos y estilos de educación, pues pasamos de la educación presencial a una educación virtual, unos en mejores condiciones logísticas y tecnológicas que otros pero en fin, tanto maestros, estudiantes e incluso padres de familia debieron adaptarse y lo peor, recibiendo las críticas negativas de algunos periodistas de cadenas nacionales ignorantes que tenemos en nuestro medio.
Se hace necesario entonces que desde ya, y a los rectores les corresponde exigir sin miedo y con beligerancia, se asignen los recursos económicos correspondiente para el mejoramiento de las instalaciones locativas en todos las instituciones oficiales tendientes a brindar a los estudiantes y profesores el próximo año las mejores comodidades logísticas de bioseguridad, las que hasta el momento en ninguna institución se ha colocado siquiera un grifo.
Si no empezamos a exigir hoy estas mejoras locativas como construcción y mejoramiento de unidades sanitarias, pilas, lavamanos ubicados en diferentes sectores de la institución para evitar las aglomeraciones de estudiantes, tocará iniciar y desarrollar el próximo año escolar nuevamente en alternancia, así muchos padres de familia afirmen no estar de acuerdo, pero para los docentes y directivos la mayor preocupación será salvaguardar la vida y la salud de los estudiantes. Tienen la palabra las asociaciones de rectores de Pasto y del departamento.
AL MARGEN: Seguimos exigiendo a la alcaldía de Pasto y a su secretaría de infraestructura la inmediata construcción del muro que separe al Hospital de Santa Mónica de la Escuela del mismo nombre, sede Ciudadela Educativa, cuyo niños y niñas desde hace cinco años se quedaron sin patio de recreo, pues no quieren seguir el próximo año hacinados en el poco espacio que tienen.
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