¡Trampa en las elecciones de 2014! ¿Cómo la hicieron y por qué se puede repetir?

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Imagen: Las 2 Orillas
Tomado de
La demanda del MIRA demostró cómo se
manipula el sistema electoral, sumando votos a unos y quitando a otros. La
Registraduría no ha hecho nada para que esto no se repita.

Al otro día de conocerse los
resultados de las elecciones del Congreso de hace cuatro años, el Partido Mira
empezó a trabajar para demandar los resultados electorales ante el Consejo de
Estado. A la cabeza de lista al senado y a su vez presidente del Partido,
Carlos Alberto Baena, las cuentas no le daban. Tenía la seguridad de que había
ocurrido un fraude y lo iban a demostrar con pruebas irrefutables. Su base
electoral disciplinada proveniente en buena parte de los más de 500.000 fieles
de la Iglesia
le permitía saber casi que al milímetro con cuantos votos
contaban. Algo irregular había ocurrido y darían la batalla a fondo.
En una tarea maratónica el Partido
Mira organizó un equipo para buscar e identificar dónde se había dado el
posible sabotaje, manipulación o fraude que le había trasladado los votos a
otros partidos en detrimento del suyo. En menos de un mes revisaron más de
95.000 mesas de votación que les permitió ubicar inconsistencias en el
escrutinio final, que se realiza de manera manual. Con decenas de cajas con
documentos el abogado Héctor Carvajal, en representación del Mira, presentó una
demanda para anular el conjunto de los resultados electorales. Cuatro años
después el Consejo de Estado les dio la razón. Se habían manipulado 408.623 votos
y más de 30.000 mesas, fraude que terminó favoreciendo a algunos y castigando a
otros
, entre ellos los tres senadores que el Partido Mira recuperó.
La revisión arrojó unas anomalías
evidentes. La primera sospecha fue la diferencia entre los votos del senado y
la cámara. En el primer escrutinio sacaron 399.993 votos en cámara, mientras
que al senado obtuvieron 316.647; es decir, una diferencia de 83.346 votos
correspondientes al 20.92%. Baena asegura que esa es una brecha muy grande, e
históricamente los votantes del partido siempre lo han hecho tanto para una
como para la otra. De hecho, ante el Consejo de Estado el MIRA demostró que en
las elecciones de 2006 tan solo hubo una diferencia de 1.78%; y en las de 2010,
de 1.40%
.
Lo primero que encontraron fue la
afectación por un plumón de agua de secado lento. Por como estaba conformado el
tarjetón en 2014, cuando una persona marcaba la X sobre el logo del MIRA, al
doblar el papel la tinta del plumón dejaba otra marca en el tarjetón muy cerca
de la casilla del voto en blanco
, invalidándolo inmediatamente. Según datos de
la Registraduría, los votos anulados habían sido en total 1.476.664, pero luego
del recuento se demostró que en realidad habían sido 1.435.773, es decir,
40.891 votos menos.
Sin embargo, el verdadero fraude no
se dio por un problema con el plumón. Después de revisar todos los formularios
en los que se registraron los números de votos por candidatos y partidos, el
MIRA encontró que los resultados no coincidían
. En un primer conteo, los votos
son consignados a mano en el formulario E-14 y luego los datos son pasados al
formulario E-24, un formato digital usado por la Registraduría para saber con
exactitud el resultado de las elecciones. En este proceso, el partido cristiano
encontró que mientras a ellos les quitaban los votos, a otros candidatos y
partidos les sumaban. El Consejo aceptó y al final en el fallo les quitó a los
otros partidos 13.919 votos por las inconsistencias en estos formularios. Se
les descontaron de sus resultados finales.
Para dar un ejemplo. En la mesa de
votación 002, puesto 19 del municipio de Plato, Magdalena, al senador del
Partido Liberal Álvaro Ashton, hoy detenido por su posible relación con el
Cartel de la toga, no se le contó ningún voto en el formulario E-14; sin
embargo, en el formulario E-24, avalado por la comisión escrutadora, le
aparecen 196 votos
. Además, en el acta general de escrutinio, documento final
en el que se anotan inconsistencias o solicitudes de recuento de votos, no se
registró nada anormal y avaló el resultado final de la mesa de votación.
Los votos registrados en el
formulario E-14 posteriormente son digitalizados en el formulario E-24. En
miles de registros los datos no coinciden
y este es uno de los puntos más
vulnerables de sabotaje en el escrutinio de votos.
Documentaron otro ejemplo con la
senadora conservadora de Córdoba Nora García Burgos. Según el formulario E-14
del municipio El Litoral del San Juan, Chocó, García Burgos sacó 19 votos en el
puesto 30 de la mesa 001; sin embargo, en el formulario E-24 le aparecen
registrados 140 votos
. El Litoral del San Juan es un lugar que ella muy
posiblemente ni siquiera conoce, lo que demuestra una práctica que debió
repetirse por todo el país y que los perjudicados suelen ser los candidatos de
partidos minoritarios.

En total, el Consejo de Estado
encontró una diferencia injustificada entre los formularios E-14 y E-24 en más
de 6.000 mesas de votación en todo el país
. Las encargadas de realizar este
proceso manualmente son las 1.800 comisiones escrutadoras, compuestas por tres
escrutadores, un secretario de la Registraduría, uno o dos digitalizadores y
algunos asistentes. La comisión, avalada por la Comisión Electoral que fue
instalada por el presidente Juan Manuel Santos, dirigida por el ministro Rivera
e integrada por los partidos políticos, la Fiscalía y la Registraduría, delegan
la tarea del conteo de votos a las pequeñas comisiones que no tienen ningún
control y vigilancia, dejando la puerta abierta para un fraude electoral.
Pero hay algo más. La Registraduría
Nacional del Estado Civil no controla el proceso y desde 2010 lo tiene
contratado con Thomas Greg &amp
; Sons a través de varias uniones temporales,
una empresa privada que controla el 90% del sistema completo para las
elecciones en el país. Desde el papel, la impresión de los formularios, los
plumones que fallaron con el que los electores marcan las casillas, hasta el
software y los computadores en donde se cargan los resultados.
La documentación que aportó el
Partido Mira, pero también la investigación adelantada la Fiscalía General de
la Nación, dejó en evidencia la vulnerabilidad del sistema. Después de las
elecciones de 2014, realizadas el 9 de marzo, se da un mes para obtener el
resultado final del escrutinio. Durante ese periodo, se demostró que el
software fue saboteado y fe posible ingresar a éste para alterar los
resultados: 236.523 votos, como mínimo, aparecieron de más. En los registros
obtenidos, se comprobó que una persona entró al sistema por lo menos 1.208
veces entre las 9 de la noche y las 9 de la mañana en los días siguientes a las
elecciones para alterar la votación de alguna mesa
. También se descubrió que en
más de 60.000 ocasiones se modificó el resultado de algún candidato o partido.
Sin embargo, no se logró dimensionar
en su totalidad el sabotaje porque, según el fallo del Consejo, no pudieron
acceder a la versión original del software ni realizar el conteo de todos los
votos físicos porque la Registraduría Nacional del Estado Civil, encabezada en
ese entonces por Carlos Ariel Sánchez Torres, ni DISPROEL –una unión temporal–
contratada para las votaciones, cumplieron con la obligación de resguardar toda
la información originada en las elecciones legislativas del 9 de marzo de 2014,
en las condiciones señaladas por el artículo 209 del Código Electoral, que
ordena la conservación de los documentos electorales, al menos, hasta la
siguiente elección. Al final, el Consejo de Estado solo pudo determinar el
sabotaje en 1.412 mesas
a través del software, aunque también dejó claro que el
problema fue mucho mayor.
DISPROEL es una unión temporal entre
las empresas Thomas Greg & Sons de Colombia, Thomas Greg & Sons
Limited, Thomas Greg Express S.A., Thomas Instruments, Carvajal Tecnología y
Servicios, Compañía Transportadora PROSEGUR y Manejo Técnico de Información S.A.,
de las que los hermanos Felipe, Camilo y Fernando Bautista son sus
propietarios.
En 2014, según el acta final del
Consejo Nacional Electoral, el MIRA obtuvo 334.836 votos, quedándose sin
representación en el Senado. Sin embargo, con el recuento de votos ordenado por
el Consejo de Estado, tres años y medio después, este quedó con 16.106 votos
más, dejándolos al final con 350.942 y tres curules nuevas
que les fueron
quitadas al Partido Liberal, Opción Ciudadana y al Centro Democrático.
Además, el fallo reconoció que, por
lo menos, 195.778 votos —de los más de 400.000 que denunció el MIRA— eran
fantasmas, y los descontó de los resultados finales de las elecciones
legislativas de 2014. El Consejo de Estado no pudo esclarecer la totalidad de
los votos denunciados por las trabas interpuestas en la investigación
como la
eliminación del material electoral o porque solo decidió investigar una posible
causa en las mesas reportadas, aun cuando reconoció que hubo un fraude más
grande.
Por el grave sabotaje detectado en
las elecciones pasadas, el Consejo de Estado le pidió al procurador Fernando
Carrillo y al fiscal Néstor Humberto Martínez que comiencen las investigaciones
pertinentes
para esclarecer los hechos e identificar a los responsables de las
modificaciones.
Lo grave y alarmante es que el fallo
del Consejo de Estado que le devolvió la curul a los tres senadores del Mira
confirma la fragilidad y posibilidad de manipulación que tiene el sistema
electoral colombiano
en la tarea mayor de la Registraduría: contar los votos.

Nota original:

https://www.las2orillas.co/trampa-en-las-elecciones-de-2014-como-la-hicieron-y-por-que-se-puede-repetir/#.WpdsJ3fnGmE.twitter

Author: Admin

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