Pablo Emilio Obando Acosta
peobando@gmail.com
A partir de octubre del año pasado, la gasolina empezó a subir de forma progresiva en $200 en promedio. El precio del galón estaba en $9.180 en promedio en septiembre de 2022, y con los incrementos mensuales cerró el año en $9.778
En enero el incremento fue de $400 en promedio y dejó el galón en $10.167 en promedio. Con aumentos que oscilaron entre $250 y $400 transcurrieron los meses hasta abril, pero a partir de mayo, el incremento ha sido constante de $600 en promedio, lo que puso un precio del galón de gasolina de $13.564 en agosto.
Independientemente del dudoso y refutable argumento de que el precio del combustible quedó sentenciado por negligencia de las políticas adoptadas por el expresidente Iván Duque Márquez, se hace necesario regular y controlar su comercialización en las diferentes regiones del país.
Su desbordado incremento, un promedio de quinientos pesos mensual, arrastra a una oleada de subida de precios en productos básicos de la canasta familiar, generando inflación, carestía y desaceleracion económica.
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Ya es hora de que el presidente Gustavo Petro Urrego tome el timón del país, específicamente en tópicos directamente relacionados con el control de precios de los combustibles. Ya son muchas las protestas y alarmas que se han prendido en el país por esta problemática que parece escaparse de un gobierno que lleva en ejercicio del poder por más de un año.
Regiones como Nariño sufren con el incremento mensual en sus combustibles. No obstante la existencia de un subsidio por ser región de frontera, su precio ya superó los doce mil pesos por galón. El gremio transportista exige incremento en sus fletes, servicios y productos como resultado de este incremento desmedido y continuó. En el resto del país el precio ya alcanza los quince mil pesos. Algo inaudito y preocupante.
El mes de enero del 2024 se anuncia una subida en el costo del ACPM. Un combustible que mueve la economía nacional y jalona el desarrollo económico, industrial y productivo. El anuncio de esta medida tiene en estado de alerta a los gremios, empresarios y opinión pública en general.
Formulamos un respetuoso llamado al gobierno nacional para que tome cartas en el asunto mediante políticas serias y concertadas. Todo indica que el gobierno nacional no encuentra una fórmula o una salida a esta problemática, que ya toca las alarmas de todos los gremios productivos.
No podemos los colombianos seguir escuchando el mismo discurso después de un año de un gobierno que se comprometió a corregir las erradas políticas económicas del pasado gobierno. Es hora de hablar en serio, de pensar y actuar de una forma coherente con un pueblo que espera, se superen los escollos que impiden una verdadera expresión de justicia y equidad económica y social.
Es escandaloso el incremento del valor de los combustibles durante este año de gobierno. Nos espera una tormenta alcista durante el 2024 si no se encuentra una fórmula salvadora en tal sentido. El ACPM mueve nuestra economía, pero también puede encender el ánimo de los colombianos.
En este mes el incremento fue de seiscientos pesos por galón. Con ello sube el precio de los productos básicos de los hogares colombianos. Abogamos por una salida sensata a un problema que se le está saliendo de las manos al gobierno nacional. Que no se nos siga argumentando que se encuentra con las manos amarradas por una anterior administración. Si en algo tan básico y apremiante no puede frenar y controlar su desmedido crecimiento, poco o nada podemos esperar en otras esferas de la economía nacional. El pueblo estallará en protestas y los gremios no podrán ocultar su desazón.