44 años de Drogueria Santa Isabel

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Por Manuel Erazo Cabrera
viejomanolo1@hotmail.com
Ismael Botina, popular maestro Buchón, quiere
hoy contarles una historia de carne y hueso, una historia de aquellos hombres
que sin mayores títulos que la honestidad y el trabajo han triunfado
. No se
requiere ser doctor, más bien,  buena
gente, y eso es más que suficiente.

El compadre Gerardo Solarte Rosero, hace hoy,
exactamente cuarenta y cuatro años, desde cuando se atrevió a dar el gran paso
de empresario
; dejando  atrás la timidez
del empleado, para arriesgarse a formar empresa.
Con maestro Buchón, los dos, trabajaban en ese
tiempo, en droguería Humanitaria, que a la sazón, era la única distribuidora de
medicamentos
. Los dos eran mensajeros y volaban en sus bicicletas dejando  pedidos que hacían  las distintas boticas y droguerías- boticas,
eran aquellos negocios, donde había un farmaceuta y era él mismo quien
elaboraba los remedios.
La empresa distribuidora, cumplía su papel
para todos los municipios de Nariño. Y entonces, en buses escaleras se recibían
y despachaban en cajas de cartón los pedidos
. En ese tiempo, no era como ahora,
que todo llega al instante, había que demorarse entre quince y veinte días. En
cajas marcadas estaban los despachos para Samaniego, El Bordo, Ricaurte,
Cumbal, etc.
Gerardo Solarte Rosero desde joven, se le
notó  esas ganas de superarse, era
curioso, colaborador, responsable; no tenía horario, terminaba su labor de
mensajero y se quedaba en la bodega ayudando a sus compañeros
.
Este espíritu colaborador, lo llevó a un
ascenso, al cargo de “organizador”
, ya era una escala mayor dentro de la
empresa.
Flaco, desengañadito pero trabajador, el
compadre Gerardo Solarte, un buen día aceptó el reto de independizarse. Al
comienzo, era una tiendita con los andamios vacíos. Lejos, lejos, se vendía
unos veramones, tumbacallos, una que otra pastilla de nebroseda
. Tenía,
recuerdo, patos y bacinillas, lo mismo que unos aparatos blancos para lavados
intestinales, que eran un recipiente, conectado a una manguera y al final una
cánula y servía para purgar a 
lombricientos.
Gerardo Solarte un hijo amoroso con su señora
madre, doña Isabel Rosero
, quien le inculcó valores de vida, y en recuerdo de
ella, tomo el nombre la empresa “Droguería Santa Isabel”.
Al comienzo poco se vendía; pero se las
ingenió y organizó rifas de fumigadoras, hachas y machetes para los campesinos
y por cada compra, les daba una boleta
. El campesino que llegaba, lo buscaba
para contarle sus enfermedades, y ahí donde lo ven, el Gerardo, es un tenaz
para recetar, dicen sus clientes que es bien atinado.
Enamorado de la vida, formó un hogar y su
descendencia ha tomado el camino de servicio a la salud.
Al cumplir cuarenta y cuatro años, reciba
compadre Gerardo Solarte, un fuerte abrazo de la ciudadanía
. Siempre ha
funcionado la droguería en el lugar de siempre, en esa zona rosa de la calle
19, y por su colaboración y entusiasmo se han logrado avances en cuanto al
mejoramiento del barrio.
Felicitaciones Gerardo, nos volveremos a ver.
Domingo 15 de marzo de 2015
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