El despertador del sur
Por: Jorge Arturo Bravo
despertadordelsur@hotmail.com
Recorriendo las páginas de nuestra bella historia nariñense y pastusa en particular, especialmente la historia de las letras nariñenses, nos lleva a decir y a escribir una vez más, que Pasto y Nariño son cuna de grandes y brillantes escritores, novelistas, poetas y compositores, quienes con sus finas y elegantes plumas engalanaron y engalanan las páginas de periódicos y revistas, contribuyendo a escribir la historia de la literatura colombiana y nariñense en particular, de lo cual pastusos y nariñenses debemos sentirnos orgullosos de haber nacido en estas tierras meridionales, escenario también de grandes gestas históricas.
Lastimosamente, muchos de esos personajes que escribieron páginas brillantes de nuestra historia, que viajaron a los confines de la eternidad, hoy se encuentran en el más completo olvido, ¡claro!, ese es el orden de la vida, dada las actitudes del hombre; una persona hoy muere y mañana ya no nos acordamos, no obstante, su gran legado cultural.
Recordábamos en estos días, por ejemplo, al gran Maestro Ignacio Rodríguez Guerrero, fallecido hace 40 años, el 24 de julio de 1984; a Faustino Arias Reines, fallecido el 29 de julio de 1985 y hoy 31 de julio el natalicio de Luis “Chato” Guerrero, ¿quién se acuerda de ellos?, para solo citar estos casos, y como muchos, ya pasaron al olvido, incluso ni sus familiares los recuerdan.
Es tarea entonces de nosotros los maestros, de los periodistas que conocen el devenir histórico de nuestros pueblos y de sus ilustres personajes, sacarlos de ese rincón del olvido y hacer que las nuevas generaciones, los conozcan y valoren la importancia que en su momento tuvieron para nuestro crecimiento intelectual y cultural, esa es pues, otra forma de conocer nuestra historia a través de sus personajes e inculcar el respeto y defensa de nuestra identidad cultural.
Qué significativo sería y de verdad, se constituiría en el mejor homenaje póstumo, que nuestras instituciones educativas oficiales fueran bautizadas con el nombre de uno de nuestros ilustres nariñenses, por ejemplo, Institución Educativa Ignacio Rodríguez Guerrero o Red de Escuelas de Formación Musical “Maruja Hinestrosa de Rosero, ahí dejamos esta inquietud a los Consejos Directivos de nuestras instituciones educativas.
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