Por Elsy Melo
Maya
Maya
elsy.ya@hotmail.com
Con ocasión de la
columna del pasado lunes “FAMILIA/DROGAS” recibí interesantes comentarios que
hacían alusión a las nuevas familias que hoy se evidencian bajo el amparo de la
normatividad que propende por el respeto a los derecho humanos, la inclusión y
la convivencia, en medio de la diferencia de criterios y pensamientos.
columna del pasado lunes “FAMILIA/DROGAS” recibí interesantes comentarios que
hacían alusión a las nuevas familias que hoy se evidencian bajo el amparo de la
normatividad que propende por el respeto a los derecho humanos, la inclusión y
la convivencia, en medio de la diferencia de criterios y pensamientos.
Y tienen toda
la razón: muchas de las generaciones actuales, nacimos, crecimos y nos formamos
dentro de una familia integrada por papá, mamá, hermanos y hermanas. No
obstante y a raíz de que la Corte Constitucional estableció que las uniones
entre personas del mismo sexo también constituyen familia, esta conformación
tradicional del grupo familiar varía ostensiblemente.
la razón: muchas de las generaciones actuales, nacimos, crecimos y nos formamos
dentro de una familia integrada por papá, mamá, hermanos y hermanas. No
obstante y a raíz de que la Corte Constitucional estableció que las uniones
entre personas del mismo sexo también constituyen familia, esta conformación
tradicional del grupo familiar varía ostensiblemente.
Ahora bien, la
relación de éstas familias con l@s hij@s que por cualquier medio decidieran
tener y las afectaciones probables o no, son situaciones que precisamente se
siguen analizando; no en vano se han dado tanto debates en torno a la adopción
de menores de edad, sosteniendo que la orientación sexual de la pareja, no debe
ser un factor determinante puesto que no compromete por sí misma y de manera
negativa, la salud física y mental o el desarrollo integral del menor; se
argumenta que debe prevalecer el derecho de los menores a tener un hogar, una
familia y que la discriminación por el origen de la misma, está prohibida en el
derecho internacional.
relación de éstas familias con l@s hij@s que por cualquier medio decidieran
tener y las afectaciones probables o no, son situaciones que precisamente se
siguen analizando; no en vano se han dado tanto debates en torno a la adopción
de menores de edad, sosteniendo que la orientación sexual de la pareja, no debe
ser un factor determinante puesto que no compromete por sí misma y de manera
negativa, la salud física y mental o el desarrollo integral del menor; se
argumenta que debe prevalecer el derecho de los menores a tener un hogar, una
familia y que la discriminación por el origen de la misma, está prohibida en el
derecho internacional.
Si bien se
asegura que lo masculino y lo femenino, la paternidad y la maternidad son roles
culturales que cada quien puede elegir libremente, los estudios científicos al
parecer no establecen si la falta de una figura materna o paterna, causa alguna
afectación a l@s niñ@s. Así las cosas y si como lo citábamos en la pasada
columna, según los conocedores del tema un factor de riesgo precisamente es la
falta de una de estas figuras, en este momento no se tendría la respuesta para
quienes se preguntan si la convivencia con una familia integrada por parejas
del mismo sexo, pudiera ser o no un factor de riesgo para la drogadicción.
Considero que sin importar la conformación del grupo familiar, lo importante es
que tenga la capacidad, madurez y responsabilidad para constituirse en un apoyo
para los menores y pueda brindarles el afecto, el amor, la seguridad social y
el bienestar que requieren para no hacer parte del flagelo de las drogas.
asegura que lo masculino y lo femenino, la paternidad y la maternidad son roles
culturales que cada quien puede elegir libremente, los estudios científicos al
parecer no establecen si la falta de una figura materna o paterna, causa alguna
afectación a l@s niñ@s. Así las cosas y si como lo citábamos en la pasada
columna, según los conocedores del tema un factor de riesgo precisamente es la
falta de una de estas figuras, en este momento no se tendría la respuesta para
quienes se preguntan si la convivencia con una familia integrada por parejas
del mismo sexo, pudiera ser o no un factor de riesgo para la drogadicción.
Considero que sin importar la conformación del grupo familiar, lo importante es
que tenga la capacidad, madurez y responsabilidad para constituirse en un apoyo
para los menores y pueda brindarles el afecto, el amor, la seguridad social y
el bienestar que requieren para no hacer parte del flagelo de las drogas.
Marzo 27 de 2017
Este es un espacio de opinión destinado a
columnistas, blogueros, comunidades y similares. Las opiniones aquí expresadas
pertenecen exclusivamente a los autores que ocupan los espacios destinados a
este fin por el blog Informativo del Guaico y no reflejan la opinión o posición
de este medio digital.
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