Rincón consaqueño
Por José Rodrigo Rosero Tobar
roserotobarjoserodrigo@gmail.com
He escuchado insistentemente, y no con poca razón, de una crisis climática desbocada, una inteligencia artificial sin regulación, unas instituciones municipales, departamentales, nacionales e internacionales no representativas y unas desigualdades cada vez más agudas. Los discursos de los comprometidos en el tema se notan miedosos, pesimistas, alarmistas, apocalípticos y con el presagio de una era de caos, peligrosa, impredecible, era donde reina la impunidad, la desobediencia, el egocentrismo y la deslealtad.
Pero, a pesar de toda una realidad, existen personas que endilgan sus esfuerzos, poco escuchados por cierto, en pro de una paz como último bastión de la convivencia mundial, no obstante estar perdiendo confianza en las instituciones, en los procesos políticos y una pregonada democracia, mientras la violencia campea en todo los rincones de la geografía terrenal.
Los conflictos armados que se suceden en el mundo, tiene atrapados a millones de personas con un suplicio diario, sin tregua y mortal, conflicto de los que muchos huyen y otros quedan tendidos en los campos sin entender en sus postrer letal porque cayeron en la trampa de quienes tienen el dominio de la economía mundial.
El compromiso por frenar el avance del calentamiento global es responsabilidad de todos, es una realidad que podemos ayudar a combatir desde la acción individual; reconocer los riesgos sociales que implica la inteligencia artificial, implica para los entendidos en el tema fomentar la forma de su aplicación a la nueva sociedad y rescatar la confianza hacia las instituciones puede ser entendida como una forma de apoyo al régimen político imperante, expresado en actitudes favorables a su forma de actuar o como un respaldo a su desempeño y los resultados que se alcanzan y se pretendían alcanzar.
Desde este lejano terruño, miramos absortos como se desarrolla este desolador panorama, sin entender por qué la crisis climática pareciera no importarle a los grandes monopolios que dominan la economía mundial, porque se permite el avance de una inteligencia artificial remplazando la capacidad humana y como, por los intereses personales, se desmorona la confianza en el desarrollo institucional, con una violencia que pareciera no tocarnos, pero que se extiende amenazante por los campos de la esfera terrestre mundial. Vemos, unos impasibles y otros perplejos, como se desmorona el globo terráqueo, sin que nadie se atreva a iniciar el punto clave para evitar un pregonado colapso final.
Consacá, 23 de febrero de 2024
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