Por Alejandro de la Rosa palomino

pajaro86_bmx@hotmail.com

La guerra en
Colombia da inicio a hace más de 60
años; en este momento histórico para nuestro país nos debemos remitir a la
creación del conflicto más antiguo del hemisferio, es decir, el del Estado
Colombiano con el de la guerrilla de las Farc.

Las Farc o
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, nacen luego de un proceso y una
lucha política de la mano de otros grupos insurgentes como el Ejército de
Liberación Nacional (E.L.N); estos grupos y en especial del que hoy nos atañe
hablar, nacen de la exclusión política del estado colombiano de la época, de la
lucha política infructuosa de buscar una reforma agraria y de la incapacidad
del Estado de solucionar los problemas políticos que agobiaban a Colombia.

Es así como los
grupos políticos apartados por la élite dominante de la época deciden
refugiarse en las montañas colombianas, para posteriormente conformarse como una insurgencia que lucha
contra la fuerza gubernamental en defensa de unos ideales políticos de
transformación social, enmarcada en la restructuración del agro colombiano. Ya
con el conflicto en marcha y con la incapacidad del estado de combatir a las fuerzas
insurgentes, algunos hacendados, políticos y fuerzas represoras del Estado,
deciden unir fuerzas y formar las autodefensas colombianas con la firme
convicción de poder derrotar militarmente a las Farc.

También es
pertinente hablar de la degradación del
conflicto colombiano con el nacimiento del narcotráfico, el cual entra a dar un
flujo constante de dinero para sostener esta guerra, específicamente el
financiamiento de los grupos insurgentes y su objetivo de conseguir el poder por la vía armada, siguiendo el
ejemplo victorioso de la revolución cubana. Sin desconocer que los grupos
paramilitares también se vieron
financiados por el narcotráfico, respecto a su objetivo de eliminar a los
grupos insurgentes. 

Pasados los
años y acrecentado el conflicto llega la época del apoyo internacional para
combatir el narcotráfico, más exactamente el apoyo de EE.UU. por medio del plan
Colombia, y justo en este momento el expresidente Pastrana decide sentarse con
las Farc-Ep en los recordados e infructuosos diálogos del Caguán; pero mientras
estos diálogos daban su curso, Pastrana hablaba de paz mientras se preparaba
para la guerra, convenciendo a EE.UU., que el narcotráfico iba de la mano de la
insurgencia, logrando que el plan Colombia se amplíe para combatir la lucha
insurgente.

Luego de
algunos hechos que marcaron la vida de los colombianos y luego de que las Farc-Ep
amenazaran la estabilidad del estado colombiano, en EE.UU. ocurre el atentado
del 11 de septiembre contra las torres gemelas, punto en el cual la potencia
norteamericana comienza a acuñar el tema terrorismo y decide apoyar económica y
militarmente a cualquier Estado que se vea amenazado por un grupo insurgente,
vasados en la teoría de que cualquiera que amenace la estabilidad estatal es un
terrorista.

Ante este nuevo
panorama en Colombia la guerra se agudiza y llega a nuestro país la postura de
la seguridad democrática con la cual surge el tratado de paz de Santafé de Ralito,
con el que se logra la desmovilización de las Auc, pero también esta postura de
seguridad democrática se hace a la idea de que es capaz de derrotar
militarmente a las Farc-Ep, y con ataques recurrentes y en algunos casos
certeros las Farc-Ep se miran acorraladas pero nunca destruidas y les nace en
este momento la voluntad política de negociar.

Así las Farc-Ep
comprenden que es imposible llegar al poder mediante la lucha armada, y el Estado se convence que no podrá terminar militarmente con esta fuerza
insurgente. Por lo cual en este gobierno en cabeza de Juan Manuel Santos se
inicia un Proceso de paz, claro sin olvidarnos que en Colombia ya anteriormente
y en varias ocasiones incluso en la época de la seguridad democrática se buscó
terminar con este conflicto de manera dialogada.

Es así como las
negociaciones de paz entre el estado colombiano y las Farc-Ep dan inicio en el
actual gobierno y tiene una duración de 6 años, 2 años de diálogos
exploratorios secretos y 4 años de negociaciones públicas en el Reino de
Noruega y en la Habana Cuba, para así darle fin a estas negociaciones el día 24
de agosto del 2016; dejando como puntos negociados y de obligatorio
cumplimiento en este acuerdo los siguientes:

–           Hacia un nuevo campo colombiano,
reforma rural integral.

–           Participación política, apertura democrática
para construir la paz.

–           Fin del conflicto.

–           Solución al problema de drogas ilícitas.

–           Víctimas: sistema integral de verdad,
justicia, reparación y no repetición.

–           Implementación, verificación y refrendación.

En
síntesis  podremos decir que en 60 años
de conflicto armado entre el Estado y las Farc-Ep, lo único que nos ha quedado
son costos difíciles de superar, tales como: en lo político y como ejemplo el
genocidio de la unión patriótica, en el campo económico un gasto anual para la
guerra de 28 billones de pesos, es decir 77 mil millones de pesos diarios, en
el campo de las victimas este conflicto nos deja unas cifras exorbitantes las
cuales quiero desglosar por periodo presidencial así:

Desde el 1 de
agosto de 1986 al 31 de julio de 2016.

Nota: datos
tomados del Registro Único de Víctimas (RUV)

Igualmente  podremos darnos cuenta que el gobierno en el
que más víctimas hubo fue durante la presidencia de Álvaro Uribe Vélez en sus
dos periodos; sin dejar atrás que en este gobierno nacieron los tan famosos y
decepcionantes falsos positivos.

De aquí que
invito a todos los sandoneños a que este 2 de octubre salgamos masivamente a
las urnas y digamos si a la paz en el plebiscito; las Farc-Ep y el Gobierno
Colombiano tienen toda la voluntad política de hacer una Colombia mejor y de
terminar con este conflicto, es nuestra oportunidad de ratificar nuestro deseo
de paz y hacer para nuestros niños, jóvenes, adultos y adultos mayores una
mejor Colombia; pero más que para nosotros, para poder heredar una Colombia sin
conflicto a las generaciones venideras, porque el dos de octubre damos el
primer paso a la paz, la tarea es que este acuerdo se cumpla y que el nuevo
estado colombiano junto con el pueblo, continuemos luchando por esa paz con
justicia social que tanto anhelamos.

Por ultimo les
recuerdo: el costo del plebiscito es de 300 mil millones de pesos; incorporar a
las Farc-Ep a la sociedad cuesta 250 mil millones de pesos, en otros términos
el plebiscito más la incorporación de las Farc-Ep a la vida social cuesta el
valor de 7 días de guerra, de aquí que no podemos ver injustificados los costos
de la PAZ.

Nota: queda
prohibida la copia parcial o total de este documento por cualquier tipo de
persona ya sea natural o jurídica; privada o pública sin permiso escrito de su
autor.

Este es un espacio de opinión destinado a
columnistas, blogueros, comunidades y similares. Las opiniones aquí expresadas
pertenecen exclusivamente a los autores que ocupan los espacios destinados a
este fin por el blog Informativo del Guaico y no reflejan la opinión o posición
de este medio digital.