Un aniño abraza un árbol, en el bosque Gokarna, en Katmaudú Foto: Narenda Shrestha (AP) |
Este lunes 5 de
junio se celebró el día mundial del medio ambiente que permitió hacer una
reflexión de la forma como nos relacionamos los seres humanos con la
naturaleza.
ambiente saludable, no podremos acabar con la pobreza ni fomentar la
prosperidad. Todos tenemos una función en la protección de nuestro único hogar:
Podemos utilizar menos plástico, manejar menos, desperdiciar menos alimentos y
enseñarnos unos a otros a cuidarlo”. — António Guterres, Secretario General de
la ONU.
la vez obra y artífice del medio que lo rodea, el cual le da el sustento
material y le brinda la oportunidad de desarrollarse intelectual, moral, social
y espiritualmente. En la larga y tortuosa evolución de la raza humana en este
planeta se ha llegado a una etapa en que, gracias a la rápida aceleración de la
ciencia y la tecnología, el hombre ha adquirido el poder de transformar, de
innumerables maneras y en una escala sin precedentes, cuanto lo rodea.
Unidas, conscientes de que la protección y el mejoramiento del medio humano es
una cuestión fundamental que afecta al bienestar de los pueblos y al desarrollo
económico del mundo entero, designaron el 5 de junio Día Mundial del MedioAmbiente. La celebración de este día nos brinda la oportunidad de ampliar las
bases de una opinión pública bien informada y de una conducta de los
individuos, de las empresas y de las colectividades inspirada en el sentido de
su responsabilidad en cuanto a la conservación y la mejora del medio. Este día
ha ido ganando relevancia desde que comenzó a celebrarse en 1974 y, ahora, es
una plataforma mundial de divulgación pública con amplia repercusión en todo el
globo.
personas con la naturaleza”
Día Mundial del Medio Ambiente se organiza en torno a un tema y sirve para
centrar la atención en una cuestión particular apremiante. El tema de 2017 se
centra en la conexión de las personas con la naturaleza, y nos anima a que
salgamos al aire libre y nos adentremos en la naturaleza para apreciar su
belleza y reflexionar acerca de cómo somos parte integrante y lo mucho que de
ella dependemos. Nos reta a descubrir maneras divertidas y apasionantes de
experimentar y promover esa interrelación.
millones de habitantes de zonas rurales en todo el mundo pasan su jornada
diaria “en conexión con la naturaleza” y son plenamente conscientes de que
dependen del suministro de agua natural y de que la naturaleza les provea de su
modo de subsistencia gracias a la fertilidad del suelo. Estas personas son
quienes sufren primero las amenazas que los ecosistemas afrontan, ya se trate
de la contaminación, del cambio climático o de la sobreexplotación.
Por lo general, es difícil asignar un valor
monetario a los dones de la naturaleza. Como ocurre con el aire limpio, no
solemos apreciarlos hasta que pasan a ser un bien escaso. No obstante, los
economistas están desarrollando maneras de medir el valor multimillonario de
los denominados «servicios de los ecosistemas», que abarcan desde la actividad
de los insectos cuando polinizan los árboles frutales, hasta los beneficios
espirituales, para la salud o recreativos que aporta practicar senderismo.
Fuente:
www.un.org