Por: Nilza María Pantoja Agreda
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Hace algunos días el Papa Francisco desato una fuerte polémica tras una rueda de prensa durante su viaje a Bélgica y Luxemburgo por sus declaraciones respecto al machismo y al feminismo, según él exagerado.
Al respecto debo alzarle la mano al máximo jerarca de la iglesia para mencionar con todo respeto, algo que ronda en mi cabeza, pues si bien el Papa termina con una frase encantadora: “Herir a una mujer es ultrajar a Dios”, hay que objetar la puesta en escena que hace del machismo y feminismo en un mismo nivel, advierto que soy católica y también feminista, miremos por qué:
• El Machismo: Es una ideología, si así se la puede llamar, donde se antepone la superioridad del hombre al de la mujer, subordinándola, dándole una categoría inferior, y busca justificar la discriminación social, reproduciendo estereotipos y roles de género rígidos.
• Feminismo: Es un movimiento y una ideología, que aunque se ha centrado en el tema de mujer por la opresión histórica y sistemática, hemos buscado la igualdad de derechos y oportunidades para todas las personas, sin importar su género, busca sociedades equitativas y justas.
Dos conceptos que de por sí aunque fonéticamente pudieran pasar por iguales en su contexto, son completamente antagónicos, a las mujeres nos ha costado años de lucha conquistar nuestros derechos: a no ser violentadas, a que no nos discriminen, a exigir las mismas condiciones salariales, al cuidado, y otros, derechos que en sí deben ser inherentes al ser humano y no como parte de un proceso de demostración de sociedades equitativas, hemos peleado por sufragar, por educarnos, hoy por ejemplo según cifras de la UNESCO y la OCDE, existe un aumento significativo de mujeres en universidades y centros de educación superior, sobrepasando en algunos casos a los hombres. Hemos logrado transformaciones culturales que ha llevado a reformas legales y un repensar del aparato estatal.
Es por ello, que, al sumo pontífice, hay que decirle con todo el respeto que el feminismo en sí ha traído grandes avances como sociedad, es más, siempre lo he dicho, las mejores sociedades son aquellas donde tanto mujeres como hombres y población diversa trabajan hombro a hombro sin importar género.
Tal vez será por ello, que nos duele, que en Colombia existiendo un ministerio de la igualdad, por su mal manejo y falta de experticia, se pierda una gran oportunidad para apostarle a una entidad nacional que de verdad hubiera hecho un gran papel.
De todas maneras, seguiremos en esta larga contienda, no solo para reivindicar nuestros derechos, sino para que no confundamos los términos, ojalá fuera exagerado, pues como dijo GD Anderson, nuestra escritora y activista feminista australiana. “El feminismo no se trata de hacer que las mujeres sean fuertes. Las mujeres ya son fuertes. Se trata de cambiar la forma en que el mundo percibe esa fuerza.”