Por Irma Amalia Zambrano Egas
Hoy Ancuya está de fiesta al cumplir
cuatrocientos ochenta años de vida,
quienes están ausentes sienten nostalgia
al observar el cambio de su tierra querida.
Fueron muchos los que en su niñez
se fueron a tierra muy lejana,
dejando atrás el inmortal cariño
de sus padres y la virgen ancuyana.
Lejos de su tierra crecieron y envejecieron
sin olvidar que aún son ancuyanos,
con la esperanza de volver un día
a reunirse con todos sus paisanos.
Algunos han vuelto a su Ancuya amada
con júbilo, la han mirado en lontananza,
la bella cuna que un día los vio nacer
la tarde también los mira envejecer.
Ancuya ya tiene sus símbolos
el himno, el escudo y la bandera,
recuerdo de su gente talentosa y noble
la constante lucha sincera y verdadera.
Que hermoso mirar nuestra bandera
verde, rojo y azul son sus colores,
un emblema querido de esta tierra
tierra de la Visitación que calma los dolores.
El verde representa el extenso paisaje
refleja al labriego dedicado a su labranza,
esparciendo semillas en los campos
así cosechará los frutos, es su esperanza.
El rojo manifiesta el amor puro y sincero
la bravura y valentía del ancuyano,
la calidez y nobleza de su gente
que alberga en el corazón del ser humano.
El azul simboliza, la fe y devoción mariana
nuestra bendita madre fiel y protectora,
las fuentes hídricas que nos rodean
el verde paisaje de esta tierra acogedora.
Ya de retorno a su pueblito amado
recuerda los años de la infancia,
recorriendo los senderos y calles
y de las flores aspiraba la fragancia.
Hoy estoy a las puertas del ocaso
solo anhelo que haya paz en el hermano,
esa paz debe estar en uno mismo
ejemplo como verdadero ser humano.
Estos versos escribo con amor y gratitud
con el más grande y puro sentimiento,
Ancuya de mi alma te llevaré por siempre
dormida o despierta estará en mi pensamiento.
Cuando mi alma ya vuele al infinito
solo quede el recuerdo en la memoria,
ni bello Ancuya te dejaré para siempre
quedando solo mis huellas en la historia.
Foto: Gobernación de Nariño