El Despertador del Sur
Por: Jorge Arturo Bravo
despertadordelsur@hotmail.com
No hay duda, la brillante participación de la selección Colombia de fútbol, que la noche del pasado domingo dejó todo para triunfar, triunfo que no se alcanzó, permitió la unión de los colombianos de todas las edades, niños, jóvenes, adultos y tercera edad, hombres y mujeres, todos alrededor de un puñado de jóvenes que defendiendo los colores de nuestra bandera, dejaron en alto una vez más, el nombre de nuestra patria.
Todos, desde los más alejados rincones de Colombia y de muchos países, vistiendo o no la camiseta amarilla, apoyamos y avivamos a nuestra selección a lo largo de esta copa, la más antigua de todas las que se juegan en el mundo; un certamen futbolero que se constituyó en el elixir que nos dio felicidad, alegrías, emociones, también tristezas y llanto, porque, queramos o no, vivimos la emoción del fútbol, que hasta nos hizo olvidar todas las situaciones anómalas, esta violencia, esta intolerancia que padecemos los colombianos, en este país del Sagrado Corazón de Jesús.
Lo habíamos dicho en otros medios, cualquiera que fuese el resultado, obviamente esperábamos que Colombia, de la mano de James Rodríguez, al final el mejor jugador del certamen y de Néstor Lorenzo, sea por segunda vez campeón, celebremos con mesura, desbordados de alegría, de entusiasmo, pero no de esas actitudes violentas, que lleven al desorden, a las peleas entre los mismos pastusos, que puedan terminar en tragedias que tengamos que lamentar, situación que, gracias a Dios y a la buena cultura ciudadana, de la que tanto habla nuestro alcalde, no se presentaron.
Ahora, en medio de esta desazón que todos aún estamos viviendo, no nos queda más que decir desde el fondo de nuestro corazón, ¡Gracias Colombia!, gracias por todo ese cúmulo de alegrías que nos diste a lo largo de la copa, gracias porque con tus triunfos lograste la unión de los colombianos, unión que esperamos continué por el bien de nuestra Patria, que de verdad, necesita de estas alegrías. No se pudo, cierto, pero nuestro seleccionado, al final subcampeón, fue grande entre los grandes y por eso debemos sentirnos orgullosos y repetir, una y otra vez, ¡Gracias Colombia!
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