¿Guerra contra Venezuela?: Quién ganaría y quién perdería

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Desde Nod
Por Alejandro García Gómez.
pakahuay@gmail.com
El equilibrismo locuaz del
presidente Duque, candoroso rezago quizá de sus discursos “políticos” de niño
según sus más cercanos familiares, testigos de sus tarimas, nos ha llevado
hacia una preocupante situación ambivalente, en referencia con las casi siempre
problemáticas relaciones con la hermana Venezuela. El aparente “fuego  amigo” de su partido el Centro Democrático y
su mentor quedó descartado de tajo con la reciente condecoración con la Cruz de
Boyacá, en su más alta dignidad, por el mismo Duque al presidente del senado,
el Bachiller Macías, que había contradicho –verso a verso- su discurso de
posesión como 117° presidente colombiano. Cuando Duque asegura algo sobre otro
algo, su mentor o el bachiller presidente o nuestro conspicuo embajador en USA
o sus fogosas senadoras o c-u-a-l-q-u-i-e-r-a de ellos, afirma lo contrario…
Y
se hace lo contrario. Y nuestro presidente, como si nada, sigue hablando sobre
su cándida cuerda equilibrista. Es su don de la palabra.

Lo grave es que entre gracia y
gracia infantil, poco a poco nos acercamos a posiciones que –también poco  a poco- se irán haciendo irreversibles, en
nuestra relación política con la dictadura venezolana
.
El 22 de octubre de 2016, un titular
de The Whashington post, señalaba 
“Colombia debe descarrilar la nueva economía venezolana”
, así, como si
nada, como si eso fuera un entretenimiento de niños que juegan trompo o un
picado de fútbol. Claro, aprovechaba que por esos días la dictadura madurista
incrementaba sus vesánicas crueldad y cinismo. En algún programa hispano de la
tv gringa, un reconocido periodista peruano, proponían con su entrevistado,
palabras más o menos: es que si Colombia quiere, Colombia puede; no es si no
acercar su ejército a la frontera, ¡y listo, porque el ejército venezolano se
asustaría y se volcaría contra su dictador! ¡Así de fácil!
Parto de que el “gobierno” Maduro es
una dictadura, es condenable, cruel y cínica contra su pueblo. Cuando no lo
asesina en las calles, lo mata de hambre o con carencias como medicamentos,
salud, etc., mientras él, con su familia y sus adláteres se refocilan con cenas
en los restaurantes más costosos del mundo. Estoy absolutamente de acuerdo en
que se necesita un cambio, pero la élite política de la oposición tampoco
genera confianza
. Ya se ha visto cómo se arrancan a dentelladas las mínimas
piltrafas de poder, cuando la ocasión les llega. Claro que también hay algunos
pocos políticos serios y confiables en la misma. Pocos.
Entonces, ¿cuál es el problema? Que
detrás del discurso de solidaridad del gran capital y de las compañías gringas
con nosotros, con el pueblo de Venezuela y contra su gobierno, ellos vienen
detrás no sólo del petróleo de ese país con las mayores reservas del mundo,
sino también del resto de riquezas minerales y de biodiversidad, no sólo de
Venezuela, sino también de las nuestras
, cuando –después de la ruinosa victoria
de cualquiera de nuestros países- ellos se sentarían como la abuela desalmada de
la cándida Eréndira a exprimirnos y disfrutarnos, con base en los préstamos
extorsivos de la confrontación y de la reconstrucción.
¿Que quien “ganó” fue Colombia?
Excelente para ellos. Siempre hemos sido y somos un país de gobiernos
obsecuentes para con sus mandatos. Algo así como el patio de atrás de sus
gobiernos. Con “nuestra victoria” entrarían a hacer lo que les dé la gana, como
siempre lo han hecho
, pero además tendrían la puerta abierta para hacer lo les
diera la gana con el país y el pueblo venezolanos. ¿Qué la guerra la “ganó”
Venezuela? Ese país quedaría tan postrado que sería el pasto de los
depredadores internacionales (empezando por USA, China, Rusia) que se lo
arrancarían pedazo a pedazo, entre sí, lo que podría llevar a otra
confrontación mayor aún en latinoamérica y el Caribe. ¿Que después del
desangre, finalmente hubo armisticio y acuerdo y nadie ganó? Todo sería igual,
porque nuestros países quedarían tan postrados que lo único que buscarían
serían extorsivos préstamos a cualquier costo. Olvidémonos de la solidaridad y
del humanitarismo de las empresas del gran capital y del gobierno gringos de
una vez por todas. Ellos jamás han tenido amigos, sólo negocios. Con la guerra,
el gran capital y gobierno gringos -con pérdida, ganancia o “empate”- ganarían.
Así de simple. 18.X.2018

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