Hacia el bicentenario de la Batalla de Bombona 34

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Remembranzas consaqueñas
Como jurado de un concurso
José Rodrigo Rosero Tobar
roserotobarjoserodrigo@gmail.com

En el año 2020, me invitaron a participar como uno de los jurados dentro de un concurso de leyendas adelantado por la alcaldía municipal. En desarrollo de tal designación, antes de conocerse el veredicto, opté por dirigirme a los concursantes en misiva que considero necesario darla a conocer y en la que mencionaba:

“Ante la designación honrosa para fungir como jurado dentro del concurso de leyendas de la mano con el pueblo consaqueño que adelanta la alcaldía municipal de este lugar, he leído uno a uno y una y otra vez los veintisiete trabajos que me enviaron para su revisión y análisis, si es que para eso tengo la capacidad.

Me produjo gran contento encontrar en redacciones sometidas a mi escrutinio como improvisado jurado, palabras que habían quedado refugiadas en los anaqueles del olvido pero que son de aquellas que deberían perdurar en el tiempo por su candidez al leerlas y también frases que confieso tuve que leerlas y releerlas para alcanzar a comprender su real, tácito y muchas veces hermoso sentido que llevaban.

Después, y ante duda razonable, me dirigí a los conceptos de la Real Academia Española, que me aclararon que como leyenda se entiende aquella narración de sucesos fantásticos que se transmite por tradición, mientras que por historia se entiende aquella narración y exposición de ciertos acontecimientos pasados y dignos de memoria.

Confieso que sentí el deseo, deseo que persiste, de buscar un experto no se en que lides para que se plasme algunas modificaciones mínimas a algunas de las obras presentadas y publicarlas en su totalidad, y también sentí el deseo de dialogar con algunas de los concursantes para plasmar en los escritos las acentuaciones que hicieran en sus narraciones, buscando otro experto claro está que ayude en esta acción.

Así, no tengo sino elogios para todos y cada uno de quienes tuvieron la valentía de presentarse al concurso con sus narraciones, las cuales me llevaron a comprender nuevamente que la tradición oral convertida en documento escrito  tiene  sus  bemoles  al  momento  de  plasmarse,  pero elevan la imaginación a confines conocidos y desconocidos cuando la mente se transporta en el tiempo y los espacios siderales consaqueños.

Las conclusiones que presento, más que una calificación, quiero que la recojan como un descalabro de veredicto”.

Confieso que me sorprendió en principio la invitación debido a diferencias electorales más no personales con los gobernantes de turno, pero la acepté como una honra para mi precario performance personal. Mi sorpresa fue enorme cuando escuché el fallo, pues mi evaluación resultó infructuosa porque tenía un tanto lejos de los primeros lugares los trabajos que resultaron ganadores y, a los que califiqué con los mejores puntajes, ni siquiera se los mencionó. No entendí mucho esta situación aunque considero que otro jurado designado, idóneo en el tema quizá, fue más convincente en su evaluación y entendí que no estuve muy desacertado cuando mencioné que mi percepción era un descalabro de veredicto.

Consacá, 18 de febrero de 2022

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