Homenaje al Maestro en su día

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Por Segundo Primitivo Enríquez E.

En esta oportunidad, y como tema del presente ensayo, es “Un Homenaje al Maestro en su Día”, quiero resaltar en este escrito, la gran labor de un Educador frente a la niñez, los adolescentes e inclusive ante los adultos; es muy relevante su dedicación en pro del pueblo colombiano. De ahí la importancia de prestar su atención para escuchar cuánto vale un baluarte en la formación nuestra.

¿Quiénes en su vida siempre han tenido un Maestro o una Maestra? ¿De qué manera los recordamos? ¿Quién fue nuestro primer educador, educadora? Muchas veces los recordamos por hechos placenteros o a lo mejor no muy placenteros; pero a nuestro lado siempre estuvo un Docente.

Mucho se ha dicho sobre el Maestro, a través de la historia: que es un guía muy importante en nuestras vidas, que ellos son nuestros segundos Padres, que el Maestro es la brújula que orienta nuestros destinos; en fin tantos elogios se han hecho en la persona de cada uno de nuestros queridos Profesores.

Pero en esta ocasión tan brillante, la aprovecho para expresarles a los Maestros, mis felicitaciones, mi admiración y mis respetos por ser los artífices en la formación y educación del ser humano, para hacer de nosotros unos ciudadanos y ciudadanas útiles a la sociedad, a la familia y al pueblo colombiano.

Queridos Maestros, cuán silenciosa y abnegada es vuestra labor y sobre todo, cuán eficaz y determinante vuestra actitud para el verdadero progreso y crecimiento del género humano; porque esa diáfana misión que los Maestros tan noble y desinteresadamente ejercen, no es solamente la de impartir conocimientos sino de guiar la vida de sus discípulos por las rutas del bien y de la verdad, tal como los Padres amorosos saben hacerlo.

La cultura científica sería un don incompleto sin la instrucción del espíritu; los Maestros conocen de esa verdad inmutable y de ahí que se esfuercen por modelar, tanto la inteligencia como la conciencia; tanto los sentidos como el alma de la niñez y de la juventud que pasa por sus manos, arcilla maleable que el Maestro sabe convertir en materia sólida y útil en bien de sus semejantes.

Estoy firmemente convencido que detrás de cada hombre y así mismo de la sociedad entera, resuena el eco inextinguible de la voz de su Maestro o Maestros. Ellos son los artífices secretos que con la savia de sus conocimientos académicos y morales hacen germinar los eslabones de la interminable cadena de las generaciones humanas.

El día que los Maestros ya no existan, no nos imaginamos qué podría suceder. Es por ello que hoy, a todos los Maestros del mundo y en especial a los Educadores Colombianos; quienes luchan sin cesar por elevar el nivel intelectual y espiritual de nuestros pueblos, quienes defienden la educación para que no sea privatizada y degradada, quienes hasta dan la vida por que se mejore la calidad de vida de sus estudiantes; dedico con sinceridad estas palabras y elevo hasta ellos mis votos de gratitud.

En nuestra querida Colombia, tenemos un grupo de Maestros, dignos representantes de la noble e inmensa legión de educadores; para ellos mis aplausos y mis reconocimientos; en recompensa simbólica a sus esfuerzos y sus desvelos por la cultura y el progreso de la humanidad.

No olvidéis: Que “Un buen Maestro hace que el mal estudiante se convierta en bueno y el buen estudiante en superior.”

Ni tampoco olvidéis que “El maestro deja una huella para la eternidad; nunca se puede decir cuándo se detiene su influencia”.

Finalmente, para todos los colombianos: “Si tienes que poner alguien en un pedestal, pon a los maestros. Son los héroes de la sociedad.”

Feliz día maestros.

Author: Admin

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