Desde Nod
Por Alejandro
García Gómez
García Gómez
pakahuay@gmail.com
Enero de 2016.
A la entonces Ministra de Transporte
Natalia Abello le dio por volverse creativa para recoger un dinero extra sin,
aparentemente, gravar con nuevos impuestos. Venía el plebiscito y no era
políticamente correcto agitar el avispero. Menos mencionar una reforma
tributaria: “Primero que todo el bienestar del cliente”. Pero como de todas
maneras había que hacer puntos ante su jefe (¿o recibió la orden del presi o
del vice o de ambos?), se inventó la revisión de la tabla del impuesto
vehicular. ¿O bisoñamente se dejó asombrar por “culebreros”?
A la entonces Ministra de Transporte
Natalia Abello le dio por volverse creativa para recoger un dinero extra sin,
aparentemente, gravar con nuevos impuestos. Venía el plebiscito y no era
políticamente correcto agitar el avispero. Menos mencionar una reforma
tributaria: “Primero que todo el bienestar del cliente”. Pero como de todas
maneras había que hacer puntos ante su jefe (¿o recibió la orden del presi o
del vice o de ambos?), se inventó la revisión de la tabla del impuesto
vehicular. ¿O bisoñamente se dejó asombrar por “culebreros”?
La posterior
historia quizá la recordemos. El camuflado y despelotado impuesto vehicular
tuvo que “patrasiarlo”. Las fundadas críticas llevaron a la inteligentemente y
terca mintransporte, el jueves 11.II.16, a dar la explicación del porqué de la
“patrasiada”, por Blue radio. Ni la mesa periodística ni nadie la entendió
entonces; ella misma pareció no comprenderse a sí misma de lo que hablaba ni
del antes ni del después de su cándida y arrogante locura creativa. “¿Qué
pasará con los buenos ciudadanos que ya pagaron?”, se le preguntó. “Deben
tramitar su devolución”, respondió, no sé si cínica o ingenuamente. Ya sabemos
cómo es una diligencia de esas, el tiempo que demanda a cada ciudadano y lo que
demora la respuesta. A todas luces dio la impresión de que no supo lo que hizo.
Decía ella, además, que sólo habían subido los impuestos de los vehículos de
alta y media gama. No era así: no dijo la verdad a propósito o por
desconocimiento. Ambas cosas reprochables. A todos les treparon sus gravámenes.
P. ej.: a una persona conocida por quien esto escribe, su auto de baja gama
que, el año 2015, se encontraba avaluado en $24.800.000,oo, en el 2016, un año
más “viejo”, le quedó en $25.400.000,oo y, esa alza le ha representó un aumento
de $51.220,oo, o sea, el 16,1% sobre el pago anterior. Son incontables los
colombianos que tienen historias peores. Como dicen, le salió el tiro por la
culata.
historia quizá la recordemos. El camuflado y despelotado impuesto vehicular
tuvo que “patrasiarlo”. Las fundadas críticas llevaron a la inteligentemente y
terca mintransporte, el jueves 11.II.16, a dar la explicación del porqué de la
“patrasiada”, por Blue radio. Ni la mesa periodística ni nadie la entendió
entonces; ella misma pareció no comprenderse a sí misma de lo que hablaba ni
del antes ni del después de su cándida y arrogante locura creativa. “¿Qué
pasará con los buenos ciudadanos que ya pagaron?”, se le preguntó. “Deben
tramitar su devolución”, respondió, no sé si cínica o ingenuamente. Ya sabemos
cómo es una diligencia de esas, el tiempo que demanda a cada ciudadano y lo que
demora la respuesta. A todas luces dio la impresión de que no supo lo que hizo.
Decía ella, además, que sólo habían subido los impuestos de los vehículos de
alta y media gama. No era así: no dijo la verdad a propósito o por
desconocimiento. Ambas cosas reprochables. A todos les treparon sus gravámenes.
P. ej.: a una persona conocida por quien esto escribe, su auto de baja gama
que, el año 2015, se encontraba avaluado en $24.800.000,oo, en el 2016, un año
más “viejo”, le quedó en $25.400.000,oo y, esa alza le ha representó un aumento
de $51.220,oo, o sea, el 16,1% sobre el pago anterior. Son incontables los
colombianos que tienen historias peores. Como dicen, le salió el tiro por la
culata.
Se sumó a esto
–en Medellín- la humillación que debieron sufrir los contribuyentes.
Centralizaron el pago de toda el Área Metropolitana –más de 3 millones de
habitantes- en una sola oficina. Además, quizá porque era un nuevo gobierno
municipal con cuadrilla de nuevos empleados, muchos de estos no sabían y,
continuamente, se levantaban de sus puestos o telefoneaban preguntando
detalles, lo que ralentizaba una operación de por sí lenta. Y si entrabas a las
7:30 am –hora de apertura-, eran las 11:00 y no te habían despachado. Claro que
los “tramitadores” entraban y salían como Pedro por su casa, entre la sonrisa
de porteros, taquilleros y del policía, ante la ira contenida de quienes hacían
cola. Después de más de medio día de espera, debías hacer otra fila: la del
banco. Y por el horario bancario, era probable que o se te iría todo el día o
te tocaría dejar para terminar la jornada siguiente.
–en Medellín- la humillación que debieron sufrir los contribuyentes.
Centralizaron el pago de toda el Área Metropolitana –más de 3 millones de
habitantes- en una sola oficina. Además, quizá porque era un nuevo gobierno
municipal con cuadrilla de nuevos empleados, muchos de estos no sabían y,
continuamente, se levantaban de sus puestos o telefoneaban preguntando
detalles, lo que ralentizaba una operación de por sí lenta. Y si entrabas a las
7:30 am –hora de apertura-, eran las 11:00 y no te habían despachado. Claro que
los “tramitadores” entraban y salían como Pedro por su casa, entre la sonrisa
de porteros, taquilleros y del policía, ante la ira contenida de quienes hacían
cola. Después de más de medio día de espera, debías hacer otra fila: la del
banco. Y por el horario bancario, era probable que o se te iría todo el día o
te tocaría dejar para terminar la jornada siguiente.
Pero había
otros usuarios que estaban peor: al esperar las cuatro o más horas de la fila,
al llegar frente a las taquillas, encontraba con que “su vehículo no aparece en
las tablas del Ministerio, señor, señora”. “Qué hago entonces, señorita”. “Debe
ir donde su concesionario a solicitarle tales y tales documentos. Con eso viene
y lo atendemos”. “Pero yo no compré a concesionario sino a un particular,
señorita”. “Debe entonces ir donde un concesionario que venda esa marca y que
le llene los documentos que se le piden”. “Pero…” “No hay pero que valga,
señor… El siguiente”.
otros usuarios que estaban peor: al esperar las cuatro o más horas de la fila,
al llegar frente a las taquillas, encontraba con que “su vehículo no aparece en
las tablas del Ministerio, señor, señora”. “Qué hago entonces, señorita”. “Debe
ir donde su concesionario a solicitarle tales y tales documentos. Con eso viene
y lo atendemos”. “Pero yo no compré a concesionario sino a un particular,
señorita”. “Debe entonces ir donde un concesionario que venda esa marca y que
le llene los documentos que se le piden”. “Pero…” “No hay pero que valga,
señor… El siguiente”.
Ojalá este año
hayan aprendido. ¿Es demasiado pedir?
hayan aprendido. ¿Es demasiado pedir?
Nota de Unidad
D. Atanasio Girardot.- En 2016, la mitad de sus orinales estuvieron tapados con
un plástico y selladas la puertas de sus inodoros. Aún están así. Dizque por
dañados según algunos empleados. Ojalá con año nuevo, orinales e inodoros
arreglados y completos. 18.I.17
D. Atanasio Girardot.- En 2016, la mitad de sus orinales estuvieron tapados con
un plástico y selladas la puertas de sus inodoros. Aún están así. Dizque por
dañados según algunos empleados. Ojalá con año nuevo, orinales e inodoros
arreglados y completos. 18.I.17
Este es un espacio de opinión destinado a
columnistas, blogueros, comunidades y similares. Las opiniones aquí expresadas
pertenecen exclusivamente a los autores que ocupan los espacios destinados a
este fin por el blog Informativo del Guaico y no reflejan la opinión o posición
de este medio digital.
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