‘La corona’ del hampón

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Por: Iván Antonio Jurado Cortés
iajurado@yahoo.com
Existe un dicho popular: ‘la ocasión hace al
ladrón’, dando a entender que personas honestas en algún momento pueden ser
tentadas por el deseo de apropiarse de lo ajeno
. En el momento de aceptar tan
peculiar refrán, Colombia no sale bien librada, por el contrario, es el país
donde preocupantemente ha aumentado la tendencia de apropiarse de lo ajeno,
especialmente del patrimonio público. Si comparamos nuestra nación con otras de
Latinoamérica, concluimos que después de Haití, el país del “Corazón de Jesús”
brilla por competencia de hamponería.

Hoy en día la modernidad ha filtrado todas las
esferas de la sociedad mundial, y Colombia no es la excepción, todo como
resultado del modelo gubernamental capitalista implementado en gran parte de
los países del globo
. Las consecuencias no se han hecho esperar: países en
quiebra, pueblos deprimidos con futuro desesperanzador, emigraciones por
doquier, alteración de la dinámica humana y por supuesto un desmedido afán por
protegerse económicamente. Lo anterior se deduce en una descomposición social,
perjudicando enormemente el comportamiento racional de la persona.
Sin embargo no todo es malo; con la crisis
europea se ha detectado que en estos países la población aún sigue firme en sus
principios de comportamiento
. El porcentaje de corrupción y hamponería es
insignificante si la comparamos con lo que sucede en Colombia. Obviamente que
el poder adquisitivo de los europeos siempre ha sido muy superior al nuestro,
ahora con el debacle financiero, solo bajaran los ingresos, afectando
directamente la comodidad de vida de estas sociedades. No es disculpa la crisis
económica para que la ciudadanía se apropie, hurte o cambie su comportamiento
humano.
Si lo miramos desde el punto de vista
individual, el índice de hurto callejero ocupa una posición privilegiada en la
sociedad colombiana
, ni que decir de las acciones utilizadas para la
apropiación de lo privado: homicidios, violaciones, lesiones, presiones y
desplazamiento. Pero lo que realmente colapsa a la dignidad y personalidad civil
es la hamponería disfrazada se servidora pública.
Es alarmante como cada vez aumenta el
porcentaje en casos de ladronicio estatal
. Colombia hoy por hoy es el foco de
los mayores desfalcos en todos los niveles de la administración pública. Así
como se han puesto las cosas con temas tan sonados: zonas francas en Bogotá,
carrusel de la contratación, Dirección Nacional de Estupefacientes, Congreso de
la República, entre otros son suficientes para la adquisición del ‘cetro y
corona’ de la hamponería profesional.
La corrupción ha campeado toda la vida
republicana. Pero ella ha sido más ostensible desde la segunda mitad de siglo
hasta ahora, cuando está en niveles exorbitantes y a punto de volverse cultura
ciudadana
.  Miremos datos aportados por
algunas publicaciones: La criminalidad de la corrupción es mucho más grave que
la de la delincuencia común. ”El estudio más reciente sobre la criminalidad en
Colombia indica que mientras la tasa de crimen ha crecido en promedio anual
37,7%, lo que se describe como actos de empleados públicos aumentó por encima
del 164,1%. En otras palabras, los hampones son los que tienen la fortuna de
trabajar, pero que se olvidan de los principios éticos y ciudadanos.
Como se analiza, es precisamente la corrupción
la que está destruyendo al país y no las guerrillas o grupos organizados como
cacofónicamente grita la mafia gubernamental y sus aúlicos en todos sus
niveles. Se pierden según la Contraloría general más de 40 billones por este
flagelo, con cerca de 70 mil personas investigadas (Procuraduría general)
.
Domingo, enero 27 de 2013
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