
Las intensas lluvias que desde hace días afectan al departamento de Nariño han generado graves emergencias, dejando a cientos de familias en una situación crítica. Ante este panorama, Monseñor Juan Carlos Cárdenas Toro, obispo de Pasto, ha hecho un llamado urgente a la solidaridad, instando a la comunidad a unirse para apoyar a los damnificados.
Emergencias en El Encano y Tajumbina
Los organismos de socorro, el Ejército Nacional, la Policía y las autoridades locales trabajan intensamente para mitigar la crisis. Son más de 14 puntos en la región los que han presentado dificultades en infraestructura vial y comunidades afectadas.
Uno de los sectores más críticos es el corregimiento de El Encano, donde un deslave de grandes proporciones arrasó con vehículos, cultivos y vegetación, causando destrozos significativos y la trágica muerte de cuatro personas, cuyos cuerpos fueron rescatados tras una intensa búsqueda.
Otra zona gravemente afectada es el sector turístico de Tajumbina, jurisdicción del municipio de La Cruz, donde se reportaron vías terciarias inhabilitadas, viviendas averiadas, personas lesionadas y el sistema de acueducto fuera de servicio. Las autoridades locales han solicitado atención urgente para esta emergencia.
Un llamado a la solidaridad
Frente a esta situación, el obispo de Pasto ha instado a la comunidad a sumar esfuerzos y tender una mano amiga a los damnificados que hoy necesitan solventar sus necesidades básicas. Para ello, la Diócesis de Pasto ha impulsado una campaña de recolección de alimentos no perecederos, cobijas, colchonetas, elementos de aseo personal y ropa en buen estado. Las donaciones pueden ser entregadas en las diferentes parroquias de la ciudad o en la sede diocesana, ubicada en la Cra. 24 No. 17-70 en Pasto.
A través del Banco de Alimentos, ya se han entregado cerca de 800 kilos de mercados, pero la magnitud del desastre requiere un esfuerzo mayor. “Nosotros estamos recibiendo alimentos para fortalecer la olla comunitaria, con la que se está suministrando sustento a los damnificados. Pero también necesitamos alimentos no perecederos para repartir mercados, sobre todo entre la gente del sector de El Puerto. Es una situación muy triste; aunque las casas no fueron destruidas, la gente perdió sus cultivos, sus animales y sus fuentes de sostenibilidad”, expresó el obispo.
Preocupación por el frío y la falta de refugio
Monseñor Cárdenas Toro también se mostró preocupado por el frío que deben soportar cientos de familias que no pueden pernoctar en sus viviendas debido a la inundación. “Muchas personas pasan las noches en salones grandes sin cobijas, tratando de calentarse con fogatas para poder dormir. La ayuda humanitaria es urgente”, señaló.
El llamado del obispo es claro: la tragedia que enfrenta Nariño requiere el apoyo de toda la comunidad. “La solidaridad nos define como sociedad. En estos momentos difíciles, cada pequeño gesto de ayuda cuenta”, concluyó Monseñor Cárdenas Toro.
Con información de la emisora Ecos de Pasto