‘La Violencia en Colombia’, un sociólogo protestante, un abogado liberal y un
cura párroco católico, le quitan toda respetabilidad a la obra”, editorial de
El Siglo, 15.IX.62). El mismo había insinuado en su editorial -13.IX.62- que
Monseñor Guzmán (coautor) podía estar en connivencia con los bandoleros; luego,
en otro, que él mismo era capellán de los bandoleros (28.IX.62).
Los de La
República, del mismo estilo, por espacio se obvian. “El Cardenal de Bogotá [Concha
Córdoba] declara: 1.- Monseñor Germán Guzmán, autor principal del libro ‘La
Violencia en Colombia’ no solicitó de la Autoridad Eclesiástica la licencia
para imprimirlo, como lo manda el Canon 1.386 del Código de Derecho
Canónico…”, comunicado a la prensa, 27.IX.62. El periódico “Día del Señor”
(05.X.62) de los Padres Claretianos se refiere a que uno de los coautores
(Orlando Fals Borda) no era competente para estudiar las realidades del país
porque pertenecía a la religión protestante –era el decano de la Fac. de
Sociología, Universidad Nacional, que brindó el soporte científico de la
investigación-. La dirigencia y periódicos liberales saludaron con aplauso esa
obra que este año cumple 52 de publicada (junio 1962, Tomo 1).
“¡BASTA YA! Colombia: Memorias de guerra y dignidad. Informe General. Grupo de
memoria histórica”, en internet. Escalofriantes datos. El editorial de El Nuevo
Siglo lo recibe así: “Culpar de la violencia
a [Laureano] Gómez, que enfermo gobierna un año, es tergiversar el hilo conductor de los antagonismos
políticos y sociales, con responsabilidad innegable de los partidos históricos”
(29.VII.13). Según el escritor William Ospina: “Las guerras no terminan cuando
se cuentan los muertos sino cuando se eliminan sus causas… ¿Qué van a decir
ahora los grandes poderes y los políticos que nos gobernaron?… Frente a estas
tremendas evidencias de la irresponsabilidad, de la mezquindad y de la pequeñez
histórica, no bastará con mostrar ojos asombrados y rostros compungidos” (El
Espectador, 27.VII.13). Un articulista de EL MUNDO de Medellín: “Con este texto
Santos intenta justificar su negociación de la paz, porque le sirve para
defender, en la Corte Constitucional, la impunidad” (28.VII.13).
cuántos muertos produjo La Violencia en el país”, dice esa obra (pg. 289,),
pero “Se puede calcular en 200.000 los muertos hasta 1962” (pg. 292, T. 1).
Daños materiales: por situación documental especial sólo se logró para el Dpto.
del Tolima: $970.200.015,oo (de la época), casi igual a su presupuesto de 1955.
En otras regiones fue imposible. También fue imposible determinar el número de
desplazados. Y quizá lo peor: el rompimiento de sus comunidades y con ello de
sus costumbres y solidaridad. En el Informe ¡Basta ya!: 4’744.046 desplazados,
2’520.512 menores entre 1985 y 2012. 166.069 muertos civiles desde 2085 hasta
marzo 2013.
Violencia es algo más que una hecatombe brutal y que los incendios y la
miseria… es una problemática que no ha pasado ni ha sido superada. Pervive en
sus más hondas implicaciones macerando factores que precipitarán un cambio
radical de estructuras en el país” (pg. 300, T. 1). Preguntamos: ¿Qué causó el
derrumbe actual de nuestro país? ¿Qué originó el narcotráfico, las guerrillas,
los paramilitares, el paraempresariado y la narcoparapolítica, la corrupción
hacia abajo y hacia arriba pública y privada, las bacrim, los desplazamientos,
las masacres, las hacinadas e inmanejables ciudades de hoy? La impunidad ha
sido la madrina de la corrupción y con la inequidad han generado la apatía
política, antesala de eventos ruptura del s. XX de Colombia como el 9 de
abril/48 y la era Pablo Escobar. El fenómeno Catatumbo es ínfimo comparado con
lo que podría sobrevenir. 07.VIII.13
columnistas, blogueros, comunidades y similares. Las opiniones aquí expresadas
pertenecen exclusivamente a los autores que ocupan los espacios destinados a
este fin por el blog Informativo del Guaico y no reflejan la opinión o posición
de este medio digital.