¿Por qué abandonas la carpa?

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Endulzando las
palabras
Por Iván
Antonio Jurado Cortés
iajurado@yahoo.com
Un ciudadano
del sur del país preguntó a un candidato, ¿Doctor, por qué abandonó la carpa?,
a lo que el muy hábil político respondió: “deseo que la ciudadanía de otros
partidos me respalde sin ningún temor, sé que al inscribir mi candidatura por
firmas, soy independiente tal como me lo exige la gente que desea cambio en
este país
”, contestación que en nada sació el cuestionamiento del constituyente
primario; al contrario, le generó mayor desconfianza. El aspirante se ha
equivocado de cabo a rabo al tomar una determinación que para la mayoría de
electores se traduce como una falta de respeto.

Según se ha
podido establecer, hasta la fecha son más de 30 las intenciones que suenan con
intereses presidenciales, algo sin precedentes que ha puesto en jaque a los
reyezuelos de la élite, convencidos que el malévolo juego del caciquismo
clásico arrojaría sin ningún contratiempo la continuidad de la política
indigna, en contra del clamor popular
. Aunque la mayoría de precandidatos
proceden del mismo tronco avasallador, hay otros que vienen abriéndose paso
aprovechando el rotundo inconformismo de la comunidad que hasta el momento dice
estar segura de castigar a los sinvergüenzas malhechores.
¿Por qué
abandonas la carpa?, se pregunta el electorado constantemente, aunque casi
todos saben la razón, solo que el mismo estado de indignación hace reiterativo
el cuestionamiento. La retahíla de los ingratos no convence a ningún cerebro
racional, más en un momento cuando se desenvuelve la podredumbre del sistema
judicial. Es la gota que rebosa la copa. Nadie le come cuento a nadie, frase de
doble filo, porque no se puede olvidar que en esas aguas turbulentas también se
mueve gente que podría darle un cambio a esta nación que políticamente vive
horas extras.
No me imagino
que sentirán estos supuestos dirigentes cuando se lanzan a las calles en busca
de las rúbricas, expuestos en muchas ocasiones a duros desplantes, insultos y
actitudes de rechazo
. En fin, como dice la ‘prole’, son gajes del oficio que
necesariamente hay que afrontar y superar, y de eso sí que saben nuestros
‘líderes’. O sino observar a Vargas Lleras, Martha Lucía, Pinzón y otros que
afrontan esta tortura popular. Todo sea por llegar a calentar la silla de la
primera magistratura del país.
Al carajo el
qué dirán, ahora lo importante es proseguir con los oídos tapados mientras se
acomodan las cargas
. Perfectamente ellos más que nadie saben de la habladuría
acérrima hasta de sus propios seguidores, peor de la oposición que no escatima
esfuerzo para darles como a violín prestado. Ya es tarde, los ‘amigos’ se han
abierto del parche que los cubrió durante el disfrute de la mermelada; hoy,
dejan ese cascaron y huyen delicadamente en busca de endurecer la débil piel.
Ni el duro
estómago de los carroñeros soportó el nauseabundo olor que invade las toldas
partidistas, sin dejar otro remedio que abandonarlas y aventurarse al trajín y
desconfiado mundo de las firmas
, esas que socaban sutilmente un paradigma hasta
ayer difícil de quebrantar. No es raro escuchar la irónica ‘vox populi’, ¿Dónde
le firmo doctor?, y ellos muy hipócritamente sacan su sonrisa matadora y
felizmente responden, aquí mi estimado amigo. Mientras el trastocado votante
estampa el tembloroso autógrafo, los ‘pluma blanca’ aprovechan para preguntarle
de la familia, del trabajo; hasta de la desnutrida mascota preguntan.
El tiempo
avanza y la recolección de signaturas se vuelve más intensa, provocando
improvisadas congestiones en las grandes urbes. Cartelones, música de motivación
y camisetas de todos los colores, engalanan el paso de los ‘próceres’
que
llevan el secreto de salvar una patria que desfallece en medio de la lánguida
gobernanza y alcahuetería de la masa, que a regañadientes ingiere el
recalentado caldo, que posteriormente desencadena ráfagas de vientos
malolientes, contaminando la esperanza de quienes ansían un verdadero cambio.
El principio
civil perdió su significado en una población que someramente ha sabido valorar
esta palabra, siendo absorbida ferozmente por el apetito proselitista de los
`hombres de honor’ que abandonaron sus nidos, emprendiendo el vuelo libre para
defecar sobre las cabezas que aún siguen esperando desde el cielo les caiga la
bendición divina. Es ridículo y desafiante lo que sucede actualmente en la
jurisdicción del ‘Corazón de Jesús’
; prácticamente es la esencia de la
debilidad democrática, donde los ‘reyezuelos’ pisan fuerte y hablan duro,
mientras la ‘plebe’, arrodilla y pide disculpas.

Domingo, 24 de septiembre de 2017

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