Visión de mujer
Por Elsy Melo
Maya
Maya
Con el
calificativo de indignante, una Ingeniera de Sistemas nos hace llegar este
artículo de Víctor Lapuente. Pese a las explicaciones del profesor de la
Universidad de Gotenburgo, su escrito machista ratifica la inseguridad
masculina y el resentimiento frente a los logros de la mujer en el campo
educativo y laboral, con la implícita conclusión que la violencia del hombre es
responsabilidad de la mujer por una u otra razón. Absurdo, equivocado e
irrespetuoso.
calificativo de indignante, una Ingeniera de Sistemas nos hace llegar este
artículo de Víctor Lapuente. Pese a las explicaciones del profesor de la
Universidad de Gotenburgo, su escrito machista ratifica la inseguridad
masculina y el resentimiento frente a los logros de la mujer en el campo
educativo y laboral, con la implícita conclusión que la violencia del hombre es
responsabilidad de la mujer por una u otra razón. Absurdo, equivocado e
irrespetuoso.
“En parte por
la testosterona, que dificulta nuestro autocontrol. Aun así con la misma
biología, los hombres cometemos hoy menos crímenes que en el pasado. Con una
siniestra excepción. Seguimos agrediendo a las mujeres. Y las razones hay que
buscarlas en un aspecto poco conocido de la naturaleza masculina: nuestra
sensibilidad. Por ejemplo el éxito profesional o social de nuestras parejas
afecta negativamente a nuestra autoestima. En contraste la confianza de las
mujeres no se ve minada por nuestros logros. Los hombres somos el sexo
sensible. Ellas, el resistente.
la testosterona, que dificulta nuestro autocontrol. Aun así con la misma
biología, los hombres cometemos hoy menos crímenes que en el pasado. Con una
siniestra excepción. Seguimos agrediendo a las mujeres. Y las razones hay que
buscarlas en un aspecto poco conocido de la naturaleza masculina: nuestra
sensibilidad. Por ejemplo el éxito profesional o social de nuestras parejas
afecta negativamente a nuestra autoestima. En contraste la confianza de las
mujeres no se ve minada por nuestros logros. Los hombres somos el sexo
sensible. Ellas, el resistente.
Los hombres
somos más impresionables por el entorno. Y dos cambios sociales han contribuido
a que nos mostremos particularmente agresivos con las mujeres. El primero es
intuitivo. La revolución tecnológica ha dejado en la cuneta de la economía a
millones de hombres con estudios bajos. La incertidumbre sin precedentes que
sufren les lleva a adoptar comportamientos adictivos, erráticos y
potencialmente violentos. El segundo cambio es contraintuitivo. La revolución
feminista ha llenado de mujeres las aulas y los lugares de trabajo. En pocas
décadas hemos pasado de un monopolio masculino del espacio público a la paridad,
o incluso superioridad femenina, en algunos ámbitos. Y como advierten los
antropólogos, los ratios entre hombres y mujeres determinan las actitudes
sexuales de los primeros. Ya sea en la selva amazónica o en las universidades
americanas, si los hombres son mayoría, invierten esfuerzos en construir
relaciones saludables con las mujeres. Si son minoría, prefieren el sexo esporádico
y se vuelven más violentos…”
somos más impresionables por el entorno. Y dos cambios sociales han contribuido
a que nos mostremos particularmente agresivos con las mujeres. El primero es
intuitivo. La revolución tecnológica ha dejado en la cuneta de la economía a
millones de hombres con estudios bajos. La incertidumbre sin precedentes que
sufren les lleva a adoptar comportamientos adictivos, erráticos y
potencialmente violentos. El segundo cambio es contraintuitivo. La revolución
feminista ha llenado de mujeres las aulas y los lugares de trabajo. En pocas
décadas hemos pasado de un monopolio masculino del espacio público a la paridad,
o incluso superioridad femenina, en algunos ámbitos. Y como advierten los
antropólogos, los ratios entre hombres y mujeres determinan las actitudes
sexuales de los primeros. Ya sea en la selva amazónica o en las universidades
americanas, si los hombres son mayoría, invierten esfuerzos en construir
relaciones saludables con las mujeres. Si son minoría, prefieren el sexo esporádico
y se vuelven más violentos…”
Ahora resulta
que un hombre es violento y hasta violador, por naturaleza y que si no es por
culpa de una hormona, entonces lo es por el complejo de inferioridad que siente
el hombre ante la mujer exitosa. En todo caso, salen muy mal librados los
hombres y para nada compartimos los argumentos del catedrático en ciencia
política, pretendiendo explicar lo injustificable: la fuerza bruta y delictiva
con la que, no todos, pretenden imponerse, cuando en realidad de lo que se
trata es de aprender a respetar los derechos de la mujer.
que un hombre es violento y hasta violador, por naturaleza y que si no es por
culpa de una hormona, entonces lo es por el complejo de inferioridad que siente
el hombre ante la mujer exitosa. En todo caso, salen muy mal librados los
hombres y para nada compartimos los argumentos del catedrático en ciencia
política, pretendiendo explicar lo injustificable: la fuerza bruta y delictiva
con la que, no todos, pretenden imponerse, cuando en realidad de lo que se
trata es de aprender a respetar los derechos de la mujer.
Mayo 21 de 2018
Este es un
espacio de opinión destinado a columnistas, blogueros, comunidades y similares.
Las opiniones aquí expresadas pertenecen exclusivamente a los autores que
ocupan los espacios destinados a este fin por el blog Informativo del Guaico y
no reflejan la opinión o posición de este medio digital.
espacio de opinión destinado a columnistas, blogueros, comunidades y similares.
Las opiniones aquí expresadas pertenecen exclusivamente a los autores que
ocupan los espacios destinados a este fin por el blog Informativo del Guaico y
no reflejan la opinión o posición de este medio digital.