Por Elsy Melo Maya
elsy.ya@hotmail.com
Ante los continuos casos de abusos contra
menores, esta parece ser una de las recomendaciones que se les debe impartir. La situación de maltrado
infantil que agrede a la niñez en Colombia es aterradora;
se han agudizado los casos y son
diversos en la forma de maltrato, edad de los menores, región donde ocurren y
nexo con el agresor. Es innegable que se hace necesaria la toma de medidas y
decisiones contundentes, para prevenir y
sancionar de manera ejemplar, los crímenes que se cometen contra los menores.
menores, esta parece ser una de las recomendaciones que se les debe impartir. La situación de maltrado
infantil que agrede a la niñez en Colombia es aterradora;
se han agudizado los casos y son
diversos en la forma de maltrato, edad de los menores, región donde ocurren y
nexo con el agresor. Es innegable que se hace necesaria la toma de medidas y
decisiones contundentes, para prevenir y
sancionar de manera ejemplar, los crímenes que se cometen contra los menores.
Si bien existen conceptos que tratan de explicar la violencia contra los niños y
niñas, como una consecuencia de la violencia social que vive el país desde la
misma colonización española, salvaje y sangrienta, o la violencia política de hace más de 50 años,
tampoco se puede aseverar que los padres
y madres de familia colombianos, sean hereditariamente maltratadores o
abusadores de menores.
niñas, como una consecuencia de la violencia social que vive el país desde la
misma colonización española, salvaje y sangrienta, o la violencia política de hace más de 50 años,
tampoco se puede aseverar que los padres
y madres de familia colombianos, sean hereditariamente maltratadores o
abusadores de menores.
Los menores se encuentran expuestos a diversos
riesgos: se dice que la miseria y la falta de oportunidades, propicia una mayor
posibilidad de abuso físico por parte de sus progenitores, pero son significativos los casos registrados en
estratos medios y altos que adicionalmente han sido víctimas a través de las redes sociales, de
pornografía, prostitución o rapto con fines comerciales. Lo que sí parece una
constante en innumerables actuaciones delictuosas, es la participación de la
familia, amigos o personas cercanas que rodean a los menores. De ahí que ninguna
precaución sobra: su ingenuidad, confianza y falta de prevención, los vuelve
vulnerables y presa fácil de los abusadores.
riesgos: se dice que la miseria y la falta de oportunidades, propicia una mayor
posibilidad de abuso físico por parte de sus progenitores, pero son significativos los casos registrados en
estratos medios y altos que adicionalmente han sido víctimas a través de las redes sociales, de
pornografía, prostitución o rapto con fines comerciales. Lo que sí parece una
constante en innumerables actuaciones delictuosas, es la participación de la
familia, amigos o personas cercanas que rodean a los menores. De ahí que ninguna
precaución sobra: su ingenuidad, confianza y falta de prevención, los vuelve
vulnerables y presa fácil de los abusadores.
Los derechos constitucionales en favor de los
menores existen y el estado debe
garantizarlos, pero igual responsabilidad le asiste a los padres de familia,
como interesados directos de la seguridad y el bienestar integral de sus hijas
e hijos, por ello se recomienda permanecer
atentos ante cualquier sospecha. En cuanto a la sociedad, también es
nuestra responsabilidad dar aviso a las autoridades ante el conocimiento de
cualquier caso de maltrato o abuso
infantil, teniendo en cuenta que también la humillación, la ofensa o el
insulto, pueden ser más traumatizantes que la misma palmadita y que el afianzar las cosas positivas que hacen los niños y niñas, trae
mejores resultados en el proceso educativo y formativo del menor.
menores existen y el estado debe
garantizarlos, pero igual responsabilidad le asiste a los padres de familia,
como interesados directos de la seguridad y el bienestar integral de sus hijas
e hijos, por ello se recomienda permanecer
atentos ante cualquier sospecha. En cuanto a la sociedad, también es
nuestra responsabilidad dar aviso a las autoridades ante el conocimiento de
cualquier caso de maltrato o abuso
infantil, teniendo en cuenta que también la humillación, la ofensa o el
insulto, pueden ser más traumatizantes que la misma palmadita y que el afianzar las cosas positivas que hacen los niños y niñas, trae
mejores resultados en el proceso educativo y formativo del menor.
Marzo 2 de 2015
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