Visión de mujer
Por Elsy Melo Maya
Esta es una expresión más de la
violencia, impuesta por parte de aquellos que se consideran fuertes sobre los
supuestamente débiles y una manifestación adicional de los inadecuados procesos
de educación socio-cultural en los que se aprende a considerar a las mujeres
como objetos sexuales, a quienes se le puede imponer por la fuerza el deber de
satisfacer a los otros, menospreciando su dignidad e integridad personal; donde
se supone que los hombres deben ser agresivos en el ejercicio de la sexualidad
y que aparentemente sus impulsos sexuales son incontrolables; donde se aprende
de manera errónea que los dueños de las mujeres son los hombres y que por lo
tanto tienen el derecho a imponerles sus necesidades.
violencia, impuesta por parte de aquellos que se consideran fuertes sobre los
supuestamente débiles y una manifestación adicional de los inadecuados procesos
de educación socio-cultural en los que se aprende a considerar a las mujeres
como objetos sexuales, a quienes se le puede imponer por la fuerza el deber de
satisfacer a los otros, menospreciando su dignidad e integridad personal; donde
se supone que los hombres deben ser agresivos en el ejercicio de la sexualidad
y que aparentemente sus impulsos sexuales son incontrolables; donde se aprende
de manera errónea que los dueños de las mujeres son los hombres y que por lo
tanto tienen el derecho a imponerles sus necesidades.
Según el concepto de la Psicóloga
María Lady Londoño, “dentro del alabado vínculo del matrimonio y dentro de las
aparentes paredes protectoras del hogar…se da la imposición sexual del varón
con desconocimiento del deseo, la voluntad, el cansancio o enfermedad de la
mujer”. El deber conyugal ha velado la opresión sexual ejercida sobre las
mujeres, quienes cada vez más, se atreven a contar la forma como son obligadas
a tener relaciones sexuales.
María Lady Londoño, “dentro del alabado vínculo del matrimonio y dentro de las
aparentes paredes protectoras del hogar…se da la imposición sexual del varón
con desconocimiento del deseo, la voluntad, el cansancio o enfermedad de la
mujer”. El deber conyugal ha velado la opresión sexual ejercida sobre las
mujeres, quienes cada vez más, se atreven a contar la forma como son obligadas
a tener relaciones sexuales.
No importa qué medios utilice el
esposo o compañero para lograrlo, los cuales oscilan entre las promesas para
futuras compensaciones hasta las amenazas y golpes; unos y otros constituyen
una agresión a sus derechos. Y a diferencia de la significación social que
tiene por ejemplo el maltrato infantil, que logra convocar a la solidaridad
ciudadana e institucional, la violencia vivida por las mujeres en sus hogares,
por el contrario suscita sentimientos ambivalentes y hasta de indiferencia
absoluta.
esposo o compañero para lograrlo, los cuales oscilan entre las promesas para
futuras compensaciones hasta las amenazas y golpes; unos y otros constituyen
una agresión a sus derechos. Y a diferencia de la significación social que
tiene por ejemplo el maltrato infantil, que logra convocar a la solidaridad
ciudadana e institucional, la violencia vivida por las mujeres en sus hogares,
por el contrario suscita sentimientos ambivalentes y hasta de indiferencia
absoluta.
Dentro del nivel familiar, se
plantean varias alternativas para prevenir que se presenten situaciones o
hechos que terminen en violencia de tipo sexual, pero el fundamento de las
mismas provienen de relaciones de pareja basadas en el respeto a la intimidad
de la mujer, en los límites que deben existir entre las parejas, donde ambos
están en igualdad de condiciones; en una adecuada comunicación, en el
reconocimiento y la aceptación de las diferencias existentes en las necesidades
sexuales; en el desarrollo de mecanismos que permitan establecer acuerdos sobre
la base de la expresión y el respeto mutuo.
plantean varias alternativas para prevenir que se presenten situaciones o
hechos que terminen en violencia de tipo sexual, pero el fundamento de las
mismas provienen de relaciones de pareja basadas en el respeto a la intimidad
de la mujer, en los límites que deben existir entre las parejas, donde ambos
están en igualdad de condiciones; en una adecuada comunicación, en el
reconocimiento y la aceptación de las diferencias existentes en las necesidades
sexuales; en el desarrollo de mecanismos que permitan establecer acuerdos sobre
la base de la expresión y el respeto mutuo.
Agosto 7 de 2017
Este es un espacio de opinión destinado a
columnistas, blogueros, comunidades y similares. Las opiniones aquí expresadas
pertenecen exclusivamente a los autores que ocupan los espacios destinados a
este fin por el blog Informativo del Guaico y no reflejan la opinión o posición
de este medio digital.
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